Casta y sumisión. Chile a 50 años de la Reforma Agraria

110 – Casta y Sumisión no hacíamos nada, no teníamos armas, ni aunque las tuviéramos, oiga, ¿cree us- ted que algo hubiéramos hecho?”. (Exinquilino, Rengo, 2007). “Venían con listas negras, listas de personas y nos preguntaban quiénes eran y ahí estábamos fritos, pues si decíamos quién era, era como un traidor y si no decíamos, era también traición puro decir quién era nomás; a gritos, a balazos, ¿cómo iba una a decir que era mi cuñado, o mi primo?; y decían que eran comu- nistas tales por cuales y nosotros qué…”. (Esposa de exinquilino, Catemu, 2014). “… ¡cuidado, [nombre del marido], te van a echar!; ‘no, no me van a echar’; ¡te van a echar, [nombre del marido], nosotros somos de izquierda, nosotros somos de izquierda, nos van a echar! Después él me gritaba ‘¡Bruja!’ siempre. Al final lo echaron pues, y echaron a varias personas más que eran de izquierda. Ahí él se vino un poco para abajo, empezó a arrendar unas tierras con otras personas, siempre andaba con un pie afuera y un pie adentro. El empezó a decir ‘No tengo plata, no tengo plata, no tengo plata’. Yo tuve que empezar a hacer lavado ajeno, hacía salsas de tomate y una amiga y su marido me las vendían”. (Esposa de exin- quilino, Talca, 2017) 28 . Hay un recuerdo y relato que resulta especialmente desgarrador: “Es que ahí murió mi marido, lo torturaron primero y quedó muy mal herido y murió al poco tiempo después. A mí también me pegaron y los militares me hicieron la vida imposible, así que tuve que irme de la región y abandonar todo lo que tenía. Pero nadie me dijo, nunca nadie me vino a decir que lo habían ma- tado. Fueron al fundo, era lo único que tenía acá porque yo me había venido de Santiago detrás del Pablo… y lo mataron y me quedé con mi niña sola nomás. Ni para comer teníamos, nadie nos hablaba y ni nos miraban, ni su familia, nadie, si no existíamos… fue terrible. Y hasta ahora, después de tantos años, nunca lo había hablado con nadie el tema, nunca, con nadie, primera vez que lo hablo con alguien, ni mis vecinos, cuñadas, nadie… Miedo. Y de vergüenza también, aquí nomás, y cuando repartieron aquí, me dejaron este pedacito a mi nombre, me dieron y con esto me quedé, y aquí voy a morir nomás. A puro ñeque seguí, costureando, de empleada, en la fruta, con mi niña, lo que sea”. (Esposa de exin- quilino, Putaendo, 2008) 29 . 28 Registrado en entrevista por trabajo grupal alumnos/as Antropología Rural, Facso, 2017. 29 Extracto de entrevista registrada en libreta de campo, junto a un grupo de estudiantes, curso Antropología Rural, Facso, 2008.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=