Casta y sumisión. Chile a 50 años de la Reforma Agraria
Derivas Campesinas de la Reforma Agraria / Jorge Razeto – 101 Pero no solo era trabajo de hombres. También las mujeres sintieron el peso la- boral: “Por ejemplo, a mí me tocaba, ella tenía servicios para comer, de plaqué, que era un metal que existía… y ese había que fregarlo con sapolio y el sapolio era un pol- vo áspero que ayudaba a dejar limpios los metales. Por lo tanto, a mí me hacían… tenía la tarea todos los sábados de fregar todo el servicio, muchas cantidades de servicio tenía que fregar, los dedos me quedaban negros, lo hacía con unos trapos, pero igual me quedaban negros lo dedos”. (Mujer de familia inquilina, Talagante, 2017) 10 . A las faenas explicitadas cabe agregar el manejo del ganado en los potreros y las veranadas cordilleranas, las infinitas actividades cotidianas de apoyo y servicio a la casa patronal por parte de hombres y mujeres, además del rol fundamental que las familias inquilinas cumplían en el resguardo de la propiedad misma, siendo estas los garantes de las fronteras hacendales. Fronteras infranqueables que siem- pre resguardaron con fidelidad, tesón y orgullo; desde adentro, construyendo a diario la soberanía ejercida sobre vastos territorios que nunca les pertenecieron, en los que sirvieron en calidad de vasallos con una pasión tan real como difícil de comprender, al punto de llegar, muchas décadas después, a ser recordados –no sin razones, seguramente– con ciertas trazas de añoranza. Época también de temores continuos, en un periodo donde la hacienda mos- traba ya debilidades estructurales, donde parecía imposible contener los intere- ses urbanos y las demandas por una reforma agraria que no emanaba desde las bases campesinas, sino desde las instancias políticas de la sociedad. Este periodo fue vivido por las familias de inquilinos con cierta incredulidad, pero princi- palmente con el temor a los cambios y la incerteza que los rondaba. Las cosas se movían en torno a ellos y no es tan claro que les acomodara ese movimiento; hasta registramos algunas sensaciones de molestia, habida cuenta de la sabida tendencia conservadora en el mundo campesino. “El papá y el abuelo siempre hablaban [de] que intuían que las cosas venían mal, no querían para nada los cambios que ya se venían, estaban incómodos, preo- cupados siempre, mal genios, no querían el… “mala cosa” decían, “mala cosa” repetían…”. (Mujer de familia exinquilina, San Esteban, 2013). 10 Registrado en entrevista familiar por alumna curso Antropología, Facso, 2017.
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