La ciudad como campo de estudio morfológico: Escenarios latinoamericanos en tiempos de crisis
99 do (2008) califica la expansión urbana como depredadora de los recur- sos naturales, ya que la urbanización se ubica en cualquier tipo de suelo. El proceso de conformación de las periferias en los países de mediano y pequeño desarrollo, es generada por un crecimiento acelerado y disperso, en donde la ciudad recibe continuos flujos migratorios del sector rural, debido al empobrecimiento y precarias condiciones en el sector agrícola, que obliga a esta población a buscar mejoras económicas en la ciudad; sin embargo, el encarecimiento del suelo urbano impide acceder a una vivienda en este sector, siendo una alternativa la periferia debido a los bajos costo del suelo, pero también existe migración por parte del sector urbano hacia el rural en busca de una forma de vida dentro de un paisaje bucólico (Ávila, 2001). Este no es un hecho nuevo, ya en 1895 Élisée Reclus defendía al campo como un lugar idóneo para vivir, mientras que la cuidad es un espacio para que el hombre realice actividades como estudiar, trabajar, ocio, entre otros. 1.2. Un ecosistema vulnerable Asumiendo esta lucha por el territorio y sus recursos, donde el sector domi- nante es el urbano y el vulnerable el rural, la población rural tiende a ceder ante la presión urbanística, obligando a transformar su modo de vida y compor- tamiento para adaptarse a las dinámicas de la ciudad; es así que la población rural en las periferias tiene que abandonar su proceso productivo tradicional para introducirse en la dinámica económica de la ciudad (Ávila, 2001); los invernaderos holandeses son un ejemplo de una agricultura tecnificada que convierte terrenos agrícolas en polígonos industriales, que producen hasta 6 veces más que una agricultura tradicional (Abadía, 2002); sin embargo los pobres rurales con su mínima producción no pueden competir con los gran- des productores agrícolas (Tacoli, 1998) y mucho menos con los procesos de urbanización que consume las tierras más productivas, obligando a esta población a buscar nuevas fuentes de trabajo o desplazar su producción a zonas más lejanas con topografía menos apta, infértiles, con climas desfavo- rables, zonas de bosques y ecosistemas relevantes (Hernández y cols., 2009). La vida humana y sus actividades dependen de las fuerzas naturales; sin embargo, el marketing urbanístico se encarga de promocionar las infraes- tructuras modernas y la industrialización (Abadía-Pérez, 2002), ya que las actividades primarias y las áreas naturales tienen una contribución irrelevante dentro del Producto Interno Bruto (PIB), provocando que la población desestime la importancia del espacio natural, colocándolo por debajo de los espacios urbanos debido a las ganancias económicas que se obtiene de ellos (Wackernagel y Ress, 2001); esto lleva a que la pobla- ción pierda su sentido de pertenencia y por ende el deseo de proteger y mantener sus ecosistemas naturales. Al menos la mitad de los bosques del mundo han desaparecido como consecuencia de la actividad humana
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=