La ciudad como campo de estudio morfológico: Escenarios latinoamericanos en tiempos de crisis
67 turas de servicios, gestión del riesgo y espacios públicos que aseguran la calidad de vida de los habitantes de acuerdo con su localización en el te- rritorio. Ello incluye los servicios tales como la provisión, disposición y tratamiento del agua, suministro de energía, telecomunicaciones y trans- porte; equipamientos sociales de salud, educación, cultura, recreación y para actividades económicas» (MOPTVDU, 2015, p. 39). A partir de este concepto se establecen grupos de infraestructuras del hábitat que se muestran en el Figura 1, al que se ha incorporado el grupo denominado “Saneamiento ambiental”, ya que no hay referencia explícita a algunas de ellas y, como refleja Diego Carrillo (2007, p. 53), estas infraestructuras son fundamentales en el hábitat junto con la vivienda. Sin embargo, este con- cepto solo aporta definiciones descriptivas de los elementos físico-espacia- les; para esta investigación también es relevante comprender ¿cuáles son los factores determinantes que explican la concreción de ese “conjunto de infraestructuras” y que causa que esos procesos sociales se vuelvan posibles? Por lo que se realiza un salto cualitativo en la búsqueda de una defi- nición más descriptiva, no solo del hábitat, sino de los procesos so- ciales que la generan para “explorar en conceptualizaciones que se es- fuercen en pronunciarse sobre los mecanismos que producen el curso de los eventos” (Danermark, Ekström, Jakobsen, & Karlsson, 2016). 2.1. Del hábitat hacia los procesos de producción del hábitat Con esta nueva búsqueda, se traza una ruta de diversas acepciones que en la historia han hecho hincapié en el término “hábitat” desde una perspectiva más compleja y, si se quiere, explicativa de la existencia del fenómeno. Desde Latinoamérica el término hábitat surge como con- traposición a la construcción formal de la ciudad y por mucho tiempo se entendió como las condiciones de habitar propias de las personas en los asentamientos humanos autoconstruidos. Para esta tarea de recons- trucción histórica se tiene como referencia el texto de Miranda Gassu- ll (2017), sintetizado en la Tabla 1, el cual postula cuatro enfoques des- de donde se ha abordado el tema del hábitat y que, para efectos de esta conceptualización, se considera útil porque en conjunto brindan insu- mos sobre el componente de procesos sociales de producción del hábitat. Un primer enfoque denominado «habitar promotor del desarrollo» tie- ne su origen con la conferencia promovida por la ONU sobre Asenta- mientos Humanos 1976, ahí «se comienza a instalar el término hábitat como enfoque multidimensional superador al de vivienda». Un segun- do enfoque proviene de la arquitectura, «habitar como solución técni- ca», influenciado por la vivienda de Le Corbusier, entendida como “má- quina de habitar”, que imprimió un fuerte componente físico-espacial a la idea de calidad de la vivienda. Sin embargo, Miranda plantea la crisis de este paradigma por el fracaso del modelo del estado benefactor como
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