La ciudad como campo de estudio morfológico: Escenarios latinoamericanos en tiempos de crisis
484 06 Regeneración urbana-habitacional conceptualmente la satisfacción como objeto de estudio, o como fe- nómeno social que se puede intencionalmente modificar a través de la manipulación de las variables o dimensiones que la constituyen. La implementación de programas de intervención orientados a mo- dificar el nivel de satisfacción de los espacios barriales en los cuales los habitantes desarrollan su vida cotidiana, impulsan la necesidad de contar con información sistemática y confiable para observar si efec- tivamente estos logran modificar los niveles iniciales que los progra- mas suponen, con alto nivel de insatisfacción. Mayores niveles de sa- tisfacción se buscan con las intervenciones que los programas realizan y permitirían suponer mejores estándares de vida de los residentes. De acuerdo a esto, algunos autores han estudiado la satisfacción residencial en entornos deteriorados, encontrando que se relaciona con mayor predomi- nancia a la dimensión social, por sobre la dimensión física del territorio, ya que se produce un fenómeno de ajuste, entre lo que materialmente se desea y realmente se tiene, en particular cuando los habitantes se ven imposibilita- dos de cambiar el lugar de residencia (Aragonés y Amérigo, 1988). Marans (1976 en Aragonés y Amérigo, 1988, p. 6) y Amérigo (2015, p. 2) plantean que en general los estudios desarrollados presentan altos o medianos niveles de satisfacción, aun cuando las condiciones espaciales de la vivienda y el barrio están deteriorados, debido a que se genera compensación en temas de arraigo y relaciones comunitarias, coincidente con lo planteado por Camp- bell,Converse y Rodgers (1976 en Aragonés y Amérigo, 1988, p. 14), quienes plantean que la satisfacción residencial es alta o medianamente alta por el peso de las variables sociales, en específico por las relaciones entre habitantes. En este mismo sentido se orientaron las investigaciones de Aragonés y Amérigo (1987), los cuales afirmaron que la satisfacción estaría vin- culada a dimensiones sociales relacionales más que a las condiciones fí- sicas de territorio. Canter y Rees (1982), Karsten (2006, en Breyman, 2015) señalaron que en la sensación de satisfacción intervienen expe- riencias previas, percepciones, expectativas. De este planteamiento se desprende que la satisfacción es una valoración que genera cierta sensa- ción de bienestar cuando la necesidad o deseo se encuentran cubier- tos. Valoración que dependerá de cada sujeto en cuanto él define aque- llas dimensiones a las cuales asigna mayor importancia, lo que responde a la particularidad de su perspectiva, así como también la definición del lugar o entorno que se evalúa, ya que se conceptualiza de forma distinta. Gold (1980 en Aragonés y Amérigo, 1988, p. 3) indagó en el nivel de aso- ciación de la percepción del entorno con la sensación de bienestar que ge- nera habitar un lugar. La satisfacción estaría relacionada con la capacidad para encontrar soluciones en el territorio a los requerimientos del habitar.
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