La ciudad como campo de estudio morfológico: Escenarios latinoamericanos en tiempos de crisis

452 05 Teoría e historia de la ciudad te en el último tiempo, a partir de 1990, se ha observado una incipien- te tendencia en lo que respecta al patrimonio arquitectónico protegido. La mayoría de las construcciones nuevas salieron indemnes del desastre de 2010. No ocurrió lo mismo con aquellas más antiguas: las de adobe; escasamente mantenidas, erigidas mucho antes de que se desarrollara en Chile la legislación de construcción antisísmica, sufrieron serios colapsos. Las obras patrimoniales que sí lograron sortear con eficiencia el sismo fueron aquellas construidas a base de entramados de madera y relleno de adobillo (fines de siglo XIX e inicios del XX), cuya resistencia y flexibi- lidad se han adaptado con éxito en la historia sísmica de la arquitectura chilena. Si en ellas se han visto daños, corresponden más a falta de con- servación y mantenimiento preventivo adecuado, que al evento mismo. Los edificios de valor patrimonial, lamentablemente, no pasaron la prue- ba con tanta eficiencia, salvo aquellas edificaciones que se han construido cumpliendo con la normativa sísmica vigente (en especial la producción arquitectónica moderna del siglo XX), esto es, las que han sido intervenidas más recientemente. Y, entre las más antiguas, aquellas que fueron concebi- das con la lógica y la sabiduría de los maestros. Con todo, es justo reconocer que la norma antisísmica vigente está diseñada para proteger la integri- dad de la edificación hasta donde sea posible; pero, su fin último –y el más importante– es proteger la vida humana. En cuanto a ello, las normas de diseño sísmico están encaminadas a evitar el colapso inmediato de las edi- ficaciones ante sismos de gran magnitud, siempre pensando en el habitante. En Chile existe normativa antisísmica. Pero no es clara la forma cómo se incorporan en ella los bienes patrimoniales. Es claro que los documentos centrales donde se concentra la normativa chilena –la Ley General de Ur- banismo y Construcciones con su Ordenanza General– definen las normas técnicas NCh 433 (Norma Técnica Diseño Sísmico de Edificios) y la NCh 2369 (Norma deDiseño Sísmico deEstructuras e Instalaciones Industriales). En 1966 se inició el estudio para crear la Norma NCh 433, la que final- mente se oficializó en 1972. El terremoto de 1985, con epicentro en San Antonio, cerca de la capital, fue la oportunidad para probar la norma. En 1996, este instrumento se actualizó a partir de la experiencia del terremoto de Antofagasta. A su vez, en 2003, se hicieron oficiales las normas técnicas NCh 2369 de Diseño Sísmico de Estructuras e Instalaciones Industria- les y la NCh 2745 de Análisis y Diseño Sísmico de Edificios con Aisla- ción Sísmica. El sismo y tsunami de 2010 han implicado nuevas revisio- nes de las normas técnicas de diseño sísmico, especialmente la NCh 433. Con todo, las normas descritas no han sido suficientes para hacer frente al flagelo sísmico nacional, porque no se encuentran vinculadas a los objetivos

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