La ciudad como campo de estudio morfológico: Escenarios latinoamericanos en tiempos de crisis

418 05 Teoría e historia de la ciudad fig14. Izquierda: Edificio del Mercado Público, 1870. Derecha: Acueducto (1880). Fuente: Archivo Histórico del Atlántico. Las cerca de 20 manzanas que configuraban el centro comercial hacia 1850 sufren un vertiginoso proceso de destrucción creativa donde la arquitec- tura de la ciudad es reconstruida, refaccionada y rectificada, a medida que los componentes de la clase dirigente y sus valores estéticos se iban rea- lineando. Las calles principales de la ciudad (los callejones del Progreso, 20 de Julio y del Cuartel y las calles del Comercio y del Banco) desarro- llan una tipología habitacional propia en la que la planta baja de los edi- ficios funciona paralelamente como depósito de mercancías y comercios al detal, mientras en los pisos se ubican sea servicios (casas comerciales u hoteles) sea viviendas de la clase empresarial. Mientras la tipología se mantenía invariable, su contenedor arquitectónico tomaría diversos mues- trarios: las primeras viviendas que materializaban la ciudad pajiza tomaban como referentes la arquitectura colonial de las ciudades tradicionales co- lombianas como Mompox o Cartagena, aunque eran en realidad versio- nes tardías cuyas técnicas constructivas ya utilizaban los materiales mo- fig15. Carrera del Progreso y Puerto Real hacia 1910. Fuente: Archivo Histórico del Atlántico. apresuradamente cobertizos y almacenes con las mismas técnicas construc- tivas que el muelle de Puerto Colombia. Los servicios complementarios que exigía el ferrocarril transmutaron los vetustos astilleros en los primeros en- sayos fabriles de la ciudad. Los proyectos de modernización se extendieron también a los servicios básicos de la ciudad, la cual introduciría el telégra- fo (1865), el cementerio universal y el hospital (1867) el mercado público (1870) el acueducto (1880), teléfono (1875), tranvía de mulas (1890) y luz eléctrica (1892).

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