La ciudad como campo de estudio morfológico: Escenarios latinoamericanos en tiempos de crisis
377 Los Estados Unidos durante la Guerra Fría identificaron a su enemigo: el comunismo y, por lo tanto, la Revolución Cubana (1959) asume un pa- pel definitorio como contraparte de esta disputa en el territorio continen- tal. En esta línea, si bien la política y la economía consolidan los vínculos entre norte y sur, es en la diplomacia cultural donde se invierten nuevos recursos, tanto en términos económicos como simbólicos. Pratt sostiene que es en la “llamadas zonas de contacto transnacionales donde el poder del Estado se ejerce mediante una serie de representaciones, sistemas sim- bólicos y nuevas tecnologías, a través de las redes de negocios y comuni- caciones de las industrias culturales” (Pratt, 2011). La propia FF asume esta condición, reconociendo, sólo después de la Revolución en Cuba, a Latinoamérica como un área geográfica prioritaria que, como afirma Ca- landra, se presenta gracias al amparo de las ciencias sociales (Calandra & Franco, 2012). Son estas las receptoras mayoritarias de los fondos de la FF en el continente, con una presencia central en la disciplina regional y urbana que se consolida a partir de la financiación a la creación de nuevos espacios académicos universitarios de formación de posgrado, los aportes a la Sociedad Interamericana de Planificación (SIAP) para su concreción y funcionamiento, el envío de misiones y expertos a todo el continente, sumado a la asesoría a oficinas de planificación nacionales y regionales. En el informe Urbanization in the Developing Countries: the response of International Assistance (Terzo, 1972) el encargado de la serie expone la transformación de los lineamientos de la asistencia técnica en lo referido a los abordajes sobre la urbanización como tema, reconociendo las múl- tiples agencias que, desde 1950, tienen a América Latina como objeto de investigación. Las referencias a los posicionamientos y políticas/programas de acción y financiamiento de las Naciones Unidas a través del Comité de Vivienda y Planificación, del Banco Central, de la Comisión Econó- mica para América Latina (CEPAL) y de la United States Agency for International Development (USAID) y el Banco Interamericano de De- sarrollo (BID) 5 se constituyen como una primera aproximación a un pro- blema que, en el continente, marcaba el ritmo de las agendas de Estado. Lester Pearson en 1969 realiza una crítica a cómo se llevó adelante la asis- tencia técnica en América Latina, sosteniendo que la misma fue fragmenta- ria en relación a los planes nacionales y los “papers” de los equipos técnicos 5 Terzo reconoce tres categorías para identificar las agencias que operan en la temática de la urbanización: las agencias multilaterales que proveen oportunidades de entrenamiento y asis- tencia técnica en planificación urbana, vivienda e infraestructuras; las agencias bilaterales que incorporan a lo anterior el capital para la ejecución de proyectos de vivienda e infraestructura; y por último, los bancos de desarrollo que proporcionan asistencia financiera generalmente en la temática de infraestructuras urbanas.
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