La ciudad como campo de estudio morfológico: Escenarios latinoamericanos en tiempos de crisis
285 (PFCV) tuvo como objetivos no sólo contribuir a reducir el déficit sino participar activamente en la reactivación de la economía (Falú y Maren- go, 2015). En Córdoba, el mayor impacto derivó de la implementación del Programa Mi Casa Mi Vida (MCMV). El mismo contó con finan- ciamiento a través de un crédito del Banco Interamericano de Desarro- llo (si bien algunos barrios fueron financiados con fondos federales). Simultáneamente a la implementación de la política habitacional pública, en los bordes urbanos se materializaron diversas urbanizaciones promovidas por el sector privado (en formatos de barrios cerrados, urbanizaciones resi- denciales especiales y torres o complejos cerrados de viviendas) en productos residenciales de alta calidad. La implementación de los diferentes progra- mas (públicos como privados) se despliega a partir de un entramado diverso de actores e intereses, que reconfiguran en espacio periférico, donde las con- diciones de producción de ciudad se ensamblan con las preexistentes y con- figuran nuevas localizaciones y áreas de oportunidad en el territorio urbano. El crecimiento urbano periférico, que se ha producido desde comienzo del siglo XXI en la ciudad de Córdoba, responde a diferentes actores que operan en el espacio urbano, atendiendo marcos normativos, en cierta forma secto- riales, en el sentido que expresan un divorcio entre la planificación (que debe- rían considerar aspectos tales como: eficiencia urbana, densidad, movilidad, centralidades, infraestructura y servicios existente, entre otros) y los aspec- tos estructurales del proceso como es el acceso al mercado de suelo urbano. El resultado es un proceso de urbanización que se caracterizan por: –La materialización de áreas residenciales en baja densidad (en loca- lizaciones alejadas de los lugares de centralidad). Las mismas son re- sultado de la auto-segregación de las elites en urbanizaciones cerradas y, en el polo opuesto, la construcción de programas de vivienda pública. –El crecimiento de los valores de superficie urbanizable por habitante, aun cuando la tasa inter-censal de crecimiento demográfico se mantiene cons- tante. –La prevalencia de un proceso de crecimiento por expansión, que pare- ciera no detenerse en términos de incorporación de suelo urbanizable. –La valorización del mercado inmobiliario como reaseguro de inversiones, e instrumento de la renta financiera lo que ha llevado a la creciente valori- zación del suelo. –Urbanización discontinua, dejando lotes ociosos con expectativas de va-
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