La ciudad como campo de estudio morfológico: Escenarios latinoamericanos en tiempos de crisis
209 La cultura de violencia generalizada en las áreas urbanas y la estigmatiza- ción a la que se ven sometidos este tipo de barrios son factores que afectan la confianza entre vecinos, pues la latente inseguridad disminuye las ex- pectativas que las personas pueden tener sobre los otros que le rodean si no forman parte de un círculo familiar. La desconfianza general dentro del barrio se evidencia en la poca frecuencia con la que los vecinos hacen uso de los espacios públicos del barrio y en el promedio declarado de personas que los participantes conocen de nombre y el promedio de amistades que declararon tener dentro del barrio: 20 personas conocidas y 4 amistades (en su mayoría familiares). En general, la confianza que las personas declararon tener hacia sus vecinos, en la escala de 0 a 5, alcanzó un promedio de 2.53. Después de la privacidad, la mayor valoración del barrio estuvo en la se- guridad (3.95 de 5). Esto se puede explicar con una “lógica seguritaria” que impregna los vínculos sociales (Lunecke, 2016), y la alta valoración de la privacidad revela además que la concepción de seguridad también se relaciona con poder permanecer excluidos en su espacio familiar, y hace referencia al como los individuos usan mecanismos de distancia- miento y permanecen en una esfera de consumo privatizado con las que se debilita la solidaridad (Bauman, 2004 citado por Lunecke, 2016). Al perderse el interés o la confianza en un proyecto (o en sus dirigentes como ha sucedido en Santa Clara), aquellos que dejan de participar, más allá de realizar un pago para acceder al beneficio del proyecto (en caso de que el mismo se concrete), no verán más la necesidad de cooperar y tam- poco sentirán la obligación de ejercer reciprocidad, a menos que existan intereses individuales. Tras la investigación se encontró que un ejemplo de lo antes mencionado es el proceso de construcción de viviendas que TE- CHO realizó. Si bien es cierto que existieron proyectos de beneficio co- lectivo, las 64 viviendas construidas por la organización (de 263 existentes para 2016), representaron beneficios a escala familiar, y muchos vecinos participaron con la aspiración de recibir posteriormente dicho beneficio. En el barrio se encontró una baja frecuencia en la realización de ac- tividades de socialización y de acciones o actitudes que impli- quen la movilización de recursos motivados por la confianza; deportes o juegos colectivos, solicitudes de diferentes tipos de colabo- raciones y realización de favores como se observa en la siguiente figura:
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