La ciudad como campo de estudio morfológico: Escenarios latinoamericanos en tiempos de crisis
168 02 Espacio público y proyecto urbano en la ciudad contenporánea fig2. Paisaje de grafiti en New York. Fuente: elaboración propia, 2014. En su vertiente neoyorquina, el graffiti constituye exploración de tipogra- fías, el “talg”, su forma más simple de expresión trae consigo tipo de letras como la “pompa” o “bubble”, “wild style”, “freestyle” o 3D (solo para citar algunos ejemplos vistos en la ciudad, pero que en realidad es una búsqueda constante con resultados inéditos); por otro lado, si bien en sus inicios el escritor de graffiti puede darse a conocer a través de una expresión “indi- vidual”, el camino continúa como una experiencia colectiva que se crista- liza en grupos llamados “crew”, a partir de los cuales se plantean nuevas experiencias gráficas llamadas “piezas” o “producciones”. Este tipo de ex- presiones colectivas deja ver exploraciones estéticas como fondos, motivos gráficos, letras o mensajes con sentido completo (Castleman, 2012: 55-63). Complementariamente a ello, y nuevamente en clave histórica, podemos considerar las hibridaciones del graffiti con otras esferas de las artes plás- ticas en los 80´s como la pintura, con movimientos artísticos como el pop art, con exponentes como Jean Michel Basquiat, con géneros musicales emergentes como el rap, con nuevas formas de difusión musical como el video, con dispositivos comunicativos como el cine o el documental. En este trasegar histórico mediante el cual el graffiti permea y se deja permear por otros dispositivos estéticos, somos testigos en primera persona del na- cimiento y proliferación de las nuevas redes digitales en los 90´s, internet y más recientemente, ya en el siglo XXI, del universo de las redes sociales. Todas estas exploraciones, la generación de colectivos especialmente dedi- cados a practicarlas, todas las permeaciones y entrecruzamientos, han hecho
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