La ciudad como campo de estudio morfológico: Escenarios latinoamericanos en tiempos de crisis
158 02 Espacio público y proyecto urbano en la ciudad contenporánea 80% de los cerros identificados dentro de Santiago es de propiedad privada, lo que también genera dificultades adicionales para su gestión y consolida- ción como zonas públicas. Hasta el momento, todos los cerros que están en proceso de consolidación son de tenencia pública, siendo fundamental el liderazgo y el compromiso de las autoridades locales y regionales. Berriz- beitia (2017) explica que un gran obstáculo a superar para lograr la conser- vación de estos cerros es alcanzar el diseño y la implementación de procesos y mecanismos –legales y económicos– que incentiven la consolidación de los cerros como parques. También es importante lograr que el diseño sea el pertinente al paisaje y geografía de los cerros y por ende del territorio. A pe- sar de que existe una tendencia a la protección y consolidación de los cerros isla como áreas naturales públicas, la realidad demuestra lo contrario: los instrumentos de planificación tienden a facilitar el desarrollo urbano en los cerros más que protegerlos y consolidarlos como zonas naturales urbanas. Los cerros isla son parte de los elementos naturales esenciales de la ciu- dad, cuando se piensa el desarrollo urbano desde una perspectiva ecoló- gica (Picon et al., 2017). A pesar de que estos ecosistemas naturales hoy se encuentran con un alto nivel de degradación, todavía brindan la valiosa oportunidad de hacer de Santiago una ciudad más resiliente y sustenta- ble. Lo anterior podría ser posible si es que éstos se restauraran y se con- servaran, y si estuvieran mejor incorporados dentro de las normativas de planificación (Picon et al., 2017). Asimismo, si se considera la proximidad de estos cerros a los cursos de agua presentes en el valle, su relación con los cordones montañosos de las cordilleras de la Costa y de los Andes, y las áreas verdes existentes en la ciudad, se podría conformar un sistema de elementos naturales y urbanos integrados y conectados, conformando una matriz urbana y ecológica –infraestructura verde o ecológica– que potencie el funcionamiento ecológico y social de estos cerros (Picon & Ruiz, 2017). A pesar que alguno de estos o parte de ellos se encuentren protegidos bajo zonas de utilidad pública, y por ende debiesen estar abocados a ser parques urbanos, la mayoría de ellos se encuentran en una constante presión urbana en cuanto al cambio de su uso de suelo (Forray et. al., 2012). Los cerros que se encuentran en las zonas de más altos ingresos, se encuentran tam- bién bajo presión inmobiliaria, lo que se ve reflejado en los paños de suelo aledaños a los cerros que superan las 30UF/m 2 (Forray et al., 2012). En consecuencia, a esta presión, la urbanización ha ido remontando los cerros en algunos casos y en otros casos dejándolos aislados. En ambos casos, las intervenciones han sido altamente agresivas afectando su condición natural, disminuyendo su biodiversidad y por ende aumentando su erosión. Esta situación se da principalmente en los cerros ubicados en el sector nororien- te: Alvarado (Lo Barnechea), Dieciocho (Lo Barnechea), Del Medio (Lo Barnechea), Los Piques (Las Condes), Calán (Las Condes), Apoquindo
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