La ciudad como campo de estudio morfológico: Escenarios latinoamericanos en tiempos de crisis

155 tema de áreas verde de Santiago, con el objetivo de incluirlo en las políticas públicas nacionales. El persistente trabajo de la fundación por medio de la generación de investigaciones, coordinación de seminarios con expertos en la materia y su constante gestión, se resume en su mayor logro: posicionar en la agenda pública regional y local la necesidad de recuperar los cerros isla. Un gran impulso a este propósito fue el concurso “Iniciativas para Cerros Isla en la Región Metropolitana”, convocado por Gobierno Regional de la Región Metropolitana de Santiago (GORE RM), que contó con el apoyo de la Fundación. Este concurso incentivó a los gobiernos locales a conso- lidar los cerros isla dentro de su territorio como parques urbanos. En la actualidad varios municipios –tales como San Bernardo, Renca, Lo Bar- nechea, Las Condes y Puente Alto– están trabajando o bien tienen inten- ciones serias de consolidar cerros ubicados dentro de su territorio como parques urbanos naturales. En los cerros de Renca (Renca) y Chena (San Bernardo), por ejemplo, los respectivos municipios están desarrollando pro- yectos de parque en las faldas de los cerros. Ambos proyectos impulsados por el concurso del GORE RM. En los casos del Cerro del Medio (Lo Barnechea), El Calán (Las Condes) y La Ballena (Puente Alto), los gobier- nos locales están en el proceso de desarrollar proyectos en cada uno de los cerros. Algunos de estos municipios han contado con el apoyo de la Funda- ción Cerros Isla, una organización no gubernamental que busca valorizar, integrar y aprovechar los elementos naturales del paisaje para mejorar la calidad de vida de las personas. La fundación se ha propuesto como pri- mera misión recuperar los 26 cerros isla ubicados dentro del área urbana de Santiago para consolidarlos como espacios recreativos de uso público, en- frentado así los desafíos ecológicos, sociales y económicos, relacionados con las problemáticas urbanas y sociales del siglo 21. Estos 26 cerros son: Al- varado, Adasme, Apoquindo, Blanco, Calán, Chena, Chequén, Del Medio, Dieciocho, El Manzano, Hasbún, Jardín Alto, La Ballena, Las Cabras, Lo Aguirre, Loma Larga, Los Morros, Los Piques, Navia, Negro, Renca, Los Almendros, San Cristóbal, San Luis y Santa Lucía (fig. 1), los cuales se en- cuentran dentro de la zona urbana de Santiago y afectos a utilidad pública. A pesar del impulso que están teniendo los gobiernos locales para desa- rrollar los cerros como espacios públicos, queda un gran trabajo por ha- cer. Existen muchos otros cerros por integrar como áreas verdes y es de suma importancia asegurar que los proyectos en pleno desarrollo in- corporen por medio del diseño, la protección y conservación de es- tos ecosistemas naturales; para así asegurar que el uso de estos elemen- tos naturales –como espacios públicos– no afecte su estado natural, sino que, al contrario, asegure y favorezca su condición natural en el tiempo.

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