Las organizaciones de la sociedad civil y la descentralización en Chile

96 Los Sistemas de Agua Potable Rural (SAPR): una experiencia de autogestión ciudadana analizadas y las formas de superación, a modo de generar un «movi- miento APR» indispensable para su supervivencia y desarrollo futuro, además de mejorar su interlocución con el MOP, los gobiernos regio- nales y los municipios respectivos. 2. La relación con losmunicipios como una colaboración esencial La institucionalidad de los sistemas de APR y la de los municipios ru- rales suele estar muy condicionada a voluntades políticas de turno, li- derazgos débiles, un bajo interés en la inversión público-privado y con procesos y gestiones estandarizadas desde el nivel central, siendo en algunos casos una institucionalidad insuficiente para enfrentar la multi - plicidad de problemas. Por eso mismo, la relación entre ambas entida- des debe definirse como «colaboradoras esenciales», manteniendo sus respectivas labores autónomas, pero donde la ayuda de la otra es parte esencial del fortalecimiento buscado. El municipio rural tiene enormes desafíos por delante. Se trata de una institucionalidad débil, con problemas estructurales de financiamiento, de gestión y personal calificado. Por otra parte, también deben contem - plar el cumplimiento de tareas tan desafiantes como la educación y la salud primaria, que con todas las dificultades del caso, son obligaciones municipales principales. Esta institucionalidad local debe cobijar a los sistemas de APR en su territorio con todas sus potencialidades. Desde tener dependencias físi- cas, oficinas y salas de reuniones, hasta hacer que el municipio incluya centralmente los proyectos de mejoramiento, equipamiento y manteni- miento de los respectivos APR, incorporando la posibilidad que cada uno de ellos se expanda o surjan nuevos proyectos APR para localida- des necesitadas y más apartadas. El respaldo municipal a la cartera de proyectos pendientes de los APR es fundamental, particularmente para el mantenimiento de los sistemas. En la mayoría de las oportunidades, en lo que respecta a la toma de de- cisiones, es que tal como los APR deben asociarse, también lo hagan los municipios rurales, integrados en el ámbito provincial correspondiente. La sobrevivencia y el desarrollo de este tipo de municipios está en su capacidad asociativa con los otros municipios en su territorio. Sólo ello El fortalecimiento de los sistemas de APR requiere de un esfuerzo sus- tancial por trabajar más sistemáticamente en la búsqueda de fuentes alternativas de recolección y distribución de agua; mejorar su conta- bilidad; contar con el trabajo de profesionales y técnicos expertos y; dedicar tiempo a colaborar con los organismos que se vinculan como el ministerio, los servicios, el municipio, el sector empresarial local y el conjunto de las organizaciones propias de la fortaleza social rural como las cooperativas productivas. Además, asociarse con las organizaciones como los Comité de Familia que están tras el mejoramiento de los ca- minos básicos que tanto han ayudado a darle perspectivas de desarrollo al mundo rural. Robustecer dichos sistemas es también un esfuerzo importante de for- mación hacia las comunidades, para transmitir la historia de los co- mités de APR y entregar el conocimiento para su funcionamiento a las nuevas generaciones en las escuelas rurales. Sería deseable para sus propios territorios, como una forma de retención de capital social o «ta- lento humano» técnico-profesional, que estos mismos establecimientos formarán a las y los futuros operadores de los sistemas de APR, mejo- rando su capacitación y formas de gestión para adecuarse a las situa- ciones más complejas que vivirán los territorios en un tiempo cercano. Un aspecto fundamental es el fortalecimiento intrínseco del componente social participativo en la mantención y el refuerzo de la perspectiva histó- rica de estas organizaciones. La trasmisión de estas identidades es lo que asegura el mantenimiento de su espíritu inicial y su adaptación con éxito a los desafíos futuros de mayor formalización y profesionalización. Los más de 2000 sistemas de APR en el país 271 tienen realidades dis- pares, por ende, es imprescindible que todos ellos avancen con miras hacia los ejemplos de APR más destacados. Para ello, es importante re- gularizar las familias participantes (asumiendo los complejos derechos sucesorios); resolver conflictos pendientes; mejorar la administración; la gestión y asegurar una eficaz cooperación entre los diferentes APR presentes en las distintas regiones del país. La realización anual de encuentros de APR por región, ha sido una ex- periencia bien exitosa y necesaria para conocer los avances y prácticas 271 Gobierno de Chile (s.f.). Op. Cit.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=