Las organizaciones de la sociedad civil y la descentralización en Chile
7 nismo social es una de sus debilidades más estructurales. Los territo- rios «sin fuerza social integradora» están destinados a una precariedad permanente determinada por una insuficiencia estructural en su desa - rrollo, retrasando así la mejora de calidad de vida de sus familias. Se trata de una relación «poco estudiada» y reconocida muy parcialmente. Como si la democracia representativa diera lugar a entidades guberna- mentales propias en los territorios, desprovistas tanto de sus vínculos empresariales como sociales. Esto se contrapone con nuestra propia his- toria, donde gran parte de las conquistas del progreso y la integración social han sido el resultado de la fortaleza de las instituciones propias de la Sociedad Civil. La lucha por la vivienda ha estado protagonizada por movimientos sociales propios predominantemente reivindicatorios, pero que cre- cientemente han llevado a cabo esfuerzos cada vez más orgánicos para proponer y protagonizar los aspectos esenciales de las políticas públi- cas al efecto. Los movimientos de arrendatarios a inicios del siglo XX constituyeron la base de un «actor social» del desarrollo. Las fuertes migraciones desde la crisis salitrera del norte y el abandono rural del centro sur chileno, derivaron en una urbanización acelerada que llevó aparejada muchísimas demandas estructurales en vivienda y hábitat popular. Los Movimientos de Pobladores como actor político creciente de la sociedad dan cuenta de ello. En consecuencia, este «actor ciuda- dano urbano» y sus familias, con una destacada y principal protagonis- mo de las mujeres jefas de hogar, explican buena parte de la evolución indispensable de las políticas de vivienda en Chile. Desde los años 60, la problemática urbana creciente a lo largo de Chile refuerza el rol de actores sociales del mundo del trabajo (Sin- dicatos, Cooperativas, entre otros), los cuales han ido surgiendo his- tóricamente demandas salariales, laborales y de prestaciones sociales fundamentales. Actores sociales del desarrollo sin cuya participación es imposible visualizar el desarrollo chileno futuro. Ocurrió con las identidades del sindicalismo minero del Norte salitrero, con la indus- trialización sustitutiva manufacturera concentrada en el Gran Santia- go y las ciudades más relevantes de Chile, se expandió posteriormente en la sindicalización campesina que se constituyó al alero del proceso de Reforma Agraria y hoy en día, da cuenta de la organización social laboral en sectores productivos extendidos en los servicios y la activi- dad terciaria. Otro tanto ocurrió, en los albores de la década del 2000, con la emergencia de «movimientos sociales estudiantiles», principalmente de las vanguardias universitarias, que se fueron constituyendo como actores sociales relevantes y significativos en el desarrollo nacional, movimiento estudiantil protagonista de muchas de las reivindicacio- nes que se expresan en la demanda por la educación pública gratui- ta y de calidad. Ocurrirá también con los movimientos feministas en el desarrollo na- cional desde la demanda por el sufragio universal, la igualación de oportunidades laborales y salariales y un conjunto cada vez más exten- dido de la «lucha del género» en el desarrollo nacional y en sintonía con los avances internacionales en la materia. Se expresa de forma hetero- génea pero vital, los movimientos que defienden el rol de nuestros pue - blos originarios en el desarrollo nacional y su aporte vital a la demanda integradora de la sociedad chilena. Interesa examinar el enorme potencial que implica la ciudadanía orga- nizada como factor clave del cambio, del progreso y la mejora continua en la calidad de vida de las grandes mayorías carenciadas de la socie- dad. Es vital revisar sistemáticamente experiencias sociales relevantes como las aquí mencionadas. Analizaremos en profundidad a los Co- mités de Agua Potable Rural (APR), siendo una expresión chilena de organización activa de la población que requiere urgentemente acceso oportuno, de calidad y equitativo al agua. En Chile, los movimientos y la organización social de la Sociedad Civil han protagonizado intervenciones trascendentales. El «mosai- co» de expresiones activas de la Sociedad Civil es amplio, extenso y variable a lo largo del tiempo. Históricamente han generado condi- ciones de unidad e integración de propósitos, esfuerzos de unifica - ción de propósitos y de organizaciones variadas en el ámbito sindical, campesino, poblacional, estudiantil, de mujeres, de etnias originarias, de jóvenes y de la población de tercera edad constituida también en actor social del desarrollo. Estos movimientos sociales, entidades específicas de movilización, organización y acción social han de jugar un rol clave para una Descentralización efectiva, innovadora y de «nuevo tipo», siendo la participación social particularmente relevante en el quehacer des-
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