Las organizaciones de la sociedad civil y la descentralización en Chile
44 El rol de las Organizaciones de la Sociedad Civil: Una mirada desde la experiencia chilena Otras instancias ciudadanas de colaboración Conviene resaltar estas experiencias de «organización y fortaleza so- cial» por su vínculo con la actividad privada y el empleo, factores claves del desarrollo local. Diversas expresiones de este sindicalismo con fuerte arraigo territorial, comienzan a comprometer variadas instancias socia- les participativas. Incluso, habría que extender el concepto de «estricto sindicalismo» para adentrarse en el mundo diverso del trabajo, las rei- vindicaciones sobre capacitación y emprendimiento, las mejoras en el desempeño de jóvenes y mujeres, y la incorporación activa de mano de obra local en las actividades productivas regionales. En el sentido participativo más político y comprometido de las comu- nidades ha ido resurgiendo en Chile la organización territorial de las comunidades, en pos de consultas ciudadanas más constantes, concre- tas y oportunas, lo que termina facilitando la gestión democrática local vinculada a la institucionalidad municipal. Las reivindicaciones sociales organizadas en el territorio tienen que ver con los instrumentos de planeación y de ordenamiento urbano y terri- torial, muy demandados por los dirigentes y las organizaciones sociales y territoriales, en especial cuando responden a formas urbanas desor- denadas y/o especulativas que limitan severamente la calidad de vida de las familias. La ciudadanía demanda crecientemente que estas «ma- terias claves» para el territorio se abran a consultas y/o plebiscitos for- males e institucionales. Ello requerirá ciertamente perfeccionamientos legales y electorales, pero el desarrollo de las tecnologías informáticas permite la materialización de instrumentos participativos. Habitualmente el mundo sindical organizado lucha por demandas sa- lariales, de estabilidad, de continuidad laboral y de prestaciones sociales y previsión. No obstante, en varios sectores productivos, principalmente en los más modernos y exportadores en el caso chileno, los compromi- sos de expansión productiva consultan formas de participación laboral directa, sobre todo valorizando un nuevo y renovado mundo de la or- ganización sindical tradicional. Esto es especialmente destacado en empresas de envergadura que en el país son exportadoras claves y desempeñan liderazgos efectivos en el sector de que se trate. Es el caso de las grandes empresas forestales, acuícolas, mineras y agroindustriales. Son consorcios empresariales que buscan potenciar «sellos de calidad» que favorezcan su despliegue ex- portador. Ello ha llevado a modificar y adecuar tecnologías productivas, en pro de la protección de determinados ecosistemas amenazados, a buscar un uso racional y riguroso del escaso recurso hídrico en territorios de estructural escasez, a la adopción de formas renovadas y no tradiciona- les (eólicas y solares) en materia energética y a avanzar en innovacio- nes tecnológicas que permitan su carbono neutralidad en el más breve plazo. En dichos casos, las entidades sindicales han comenzado a desempeñar «roles de colaboración» eficaces entre los diversos actores de la produc - ción y suelen hacerlo en conjunto también con las agencias públicas preocupadas del fomento en Acuerdos de Producción Limpia (APL). Esta modalidad renovada de sindicalismo colaborativo ha dado frutos en relaciones laborales virtuosas en el desarrollo empresarial y favore- cedoras de la innovación, la valoración y el empleo en las regiones de pertenencia.
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