Las organizaciones de la sociedad civil y la descentralización en Chile

138 Reflexiones finales 3. El fortalecimiento del rol municipal como contraparte de las organizaciones sociales territoriales Los Sistemas de Agua Potable Rural, los Comités para la Vivienda, las Juntas de Vecinos, los Comités pro Pavimentación y otras múltiples for- mas de organización social tienen como «contraparte natural» al Mu- nicipio, y ello requiere tanto un fortalecimiento de la institucionalidad municipal como del indispensable vínculo con la Sociedad Civil. Si bien en materias específicas la contraparte natural de las organi - zaciones sociales es la institucionalidad sectorial, sea el MINVU, el MOP o el Ministerio de Agricultura. La contraparte integradora de las demandas sociales corresponde al municipio. Considerando las particularidades de los municipios metropolitanos, los correspondien- tes a las ciudades intermedias y los claves municipios rurales, el refor- zamiento municipal se vuelve fundamental, para lo que destacamos las siguientes propuestas: a. Mejoramiento significativo del financiamiento municipal, como ha ocurrido con la legislación del royalty minero, el que considera una distribución hacia los Gobiernos Subnacionales muy alenta- dora. Ello debe ir extendiendo su aplicación hacia las otras moda- lidades de royalty productivos relacionados con la explotación de recursos naturales, como el ámbito forestal y el acuícola; b. Mayor profesionalización municipal a modo de mejorar sus plan- tas funcionarias, afianzando un mecanismo de adecuada con - cursabilidad mediante metodologías como las del Servicio Civil, mejorando cualitativamente la capacitación y desarrollando es- quemas de gestión que favorezcan el trabajo en equipo; c. Adecuación activa con funcionarios y recursos en las Direcciones de Desarrollo Comunitario (DIDECO) y sus respectivas unidades con las organizaciones sociales, considerando la vitalidad de dicha área de trabajo y realizando en conjunto tareas de capacitación, querimientos de la fase dictatorial. No obstante, las Ollas Comunes, los Comprando Juntos, los Comités de Cesantes y los Comités pro pavi- mentación y mejoramiento del hábitat local, coexisten de modo natural y hasta superpuesto con las Juntas de Vecinos. En esa misma década se fue estructurando en el nivel territorial, es- pecialmente comunal, una densidad participativa mayor, complemen- tandose con la ampliación democrática del momento. Varias políticas sociales gubernamentales exigían y requerían contrapartes «participa- tivas sociales» y el municipio re-democratizado con las elecciones de junio de 1992 legitimó el rol municipal en esta materia. Sin embargo, a más de 30 años de ese «hito electoral y participativo», las formas de organización fueron adquiriendo diferentes dinámicas, en las que a nivel poblacional los comités de vivienda desempeñaron roles cada vez más importantes. Se hace preciso como propuesta fundamental recuperar la «unicidad vecinal participativa» en los territorios o unidades vecinales que definía cada municipio y que se establecen en la norma. Ello evitará la referi- da atomización participativa, y generará condiciones para fortalecer estructuralmente estas entidades Vecinales. Ello fue rescatado incluso como un aspecto importante por el proyecto Constitucional de 2022 que fue rechazado por la ciudadanía. No obstante, ha formado parte de un consenso importante de las y los académicos, especialistas y de la dirigencia territorial permanentemente. Ello deberá ir acompañado por algún mecanismo de «mínimo subsidio municipal» a las entidades reconocidas y representativas de las unida- des vecinales en cada comuna. Una aportación basal que permita sus reuniones periódicas en una sede en cada territorio y la mantención de sus necesidades operativas. Esto favorecería estratégicamente el forta- lecimiento de las juntas vecinales y reforzarían su concepto histórico a la luz de los tiempos actuales, más cerca de la problemática de la segu- ridad ciudadana, de mayores y mejores estándares ambientales y de un uso adecuado de los espacios públicos y equipamiento. A más de 50 años de las Juntas de Vecinos, su fortalecimiento concita ventajas indu- dables para acoger demandas ciudadanas y ayudar significativamente a la gobernabilidad local en la gestión de los municipios.

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