Guía rápida de fotografía facial y de los maxilares en odontología

33 Si tiene disponible su equipo fotográfico, programado para fo- tografía intraoral, pilas cargadas del flash, separadores y espejos ordenados, le tomará solo unos minutos hacer un buen registro fotográfico de la situación que aquejaba a su paciente. Si no es así, el solo hecho de tener que armar el equipo, buscar donde están guardados los separadores, etc, no harán atractivo tomar foto- grafías. Deje su cámara a mano, en un lugar accesible, a la vista. Siempre debería estar su equipo listo, e idealmente ser dedicado, y no el equipo que usa para sus fotos personales. Así nunca lo olvi- dará en casa. Una vez un fotógrafo me dijo que “la mejor cámara es la que tienes disponible siempre, ya que momentos importantes se pueden escapar por tener un equipo fabuloso…pero guardado en una caja en casa”. Hay casos en los que bastará mostrar un antes y un después de un procedimiento. Otros, una secuencia de etapas de un tratamiento más largo. En ambos casos, pero particularmente en el segundo, se notarán los errores de continuidad, detalles de orientación de la cámara, iluminación diferente, enfoque, uso de separadores de distintos colores, etc. Si está estandarizado será más fácil en el revelado dejarlas muy parecidas, si no es así, perderá más tiempo, probablemente arreglando pequeños ajustes, que, tomando las fo- tos mismas, lo que también desanimará a tomar por costumbre respaldar su trabajo con fotografías. Una buena foto inicial es un insumo fundamental cuando se pla- nifica un tratamiento y aporta mucho durante el seguimiento de este en el tiempo. Así se podrán evaluar cambios en la posición de los dientes, o en los tejidos blandos, colores de esmalte, mucosas, encía, recesiones, etc. La evaluación de estas posibles diferencias en el tiempo debería ser lo más precisa posible ya que se utilizarán para monitorear, por ejemplo, el éxito de una terapia, teniendo en cuenta que esto podría dar cuenta de la influencia de mecánicas,