Teoría y solfeo: un enfoque didáctico integrado: nivel I

iv TEORÍA Y SOLFEO: UN ENFOQUE DIDÁCTICO INTEGRADO didácticos abordados tengan la característica de ser música viva. En consecuen- cia, los aspectos dinámicos, agógicos y expresivos son de la mayor relevancia. No podemos prescindir de ninguno de ellos, y por el contrario, deben ser inclui- dos constantemente, incluso en aquellos niveles mínimos o básicos. Desde otra perspectiva, toda educación musical debe tener corno meta el desa- rrollo del ser humano integral, y para lograrlo no podemos escatimar esfuerzos. En este contexto, es necesario recordar cómo en el pasado “la música era consi- derada como un valor humano de primer orden y la educación musical ocupaba un lugar en el desarrollo y en la conducción de los pueblos” * . Históricamente se ha relacionado a la música con emociones y cualidades hu- manas específicas; más aún, se la ha considerado como un fenómeno capaz de moldear la propia personalidad, de estimular hábitos, de excitar y de ensalzar aspectos sociales y pensamientos. Asimismo, en nuestro tiempo más reciente, se la ha utilizado como terapia para superar o mejorar ciertas disfunciones. El desarrollo de capacidades, como la creatividad propia, tendrá un valor fun- damental y significará un valioso aporte al desarrollo integral del individuo. El estímulo y consecuente desarrollo de esta capacidad creativa, lo acercará a su propio y único caudal expresivo y podrá ser reflejo de su ser interno y, aún más, podrá integrarse socialmente al procurar el trabajo en conjunto y la participación. Dicho de otro modo, la exploración de su mundo interior creativo lo facultará para una conexión interior y lo impulsará hacia la participación grupal y lo po- tenciará como un ente comunicador por excelencia. El aprendizaje de la música no puede ser un proceso aislado e independiente del grupo social. Para que el fenómeno musical exista como tal debe contar, al menos, con dos actores: un ejecutante y un auditor. El aprendizaje no puede plasmarse u obtener resultados por un medio sólo teórico; requiere de un ser vivo capaz de trasmitir, de comunicar el conocimiento, para poder así manifestarse como una acción de vida y de expresión afectiva, propia del ser humano integral. Así entendido, la clase de Lectura Musical, o Teoría y Solfeo, es un importan- te momento socializador en el aprendizaje de aquello que llamamos lenguaje musical, de sus signos y relaciones, de una tradición histórica particular, que adquiere realidad en el momento musical “animándose”, en el sentido estricto de la palabra (ánima = alma), pues se incorpora, toma forma y adquiere sentido * Edgar Willems. El valor humano de la Educación Musical . Eudeba Editorial. Buenos Aires, 1964.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=