Umbrales del Arte. Creación y Estímulo

Amanda Fuller 94 la humildad para recibir consejos y correcciones. Pero una vez que se logran vencer estos obstáculos, que no siempre están tan presentes, empieza el maravilloso descubrimiento de lo que la belleza del arte puede provocar en uno mismo y, a través de uno, de otros. Una experiencia que es casi imposible de describir, es la sensación de felicidad que produce el estar inmerso en un mundo sonoro, del cual eres parte, a veces solista, junto con muchos otros, que también van en tu mismo viaje. Y este poder transmitir al público esa felicidad, esa intensidad del sentimiento, a través de tu instrumento (la voz en mi caso) de tu interpretación, es algo que no se puede explicar. Pero para que esta interpretación, esta transmisión, sean efectivas, debes al mismo tiempo tener un control absoluto sobre ti mismo, tus órganos, tu cuerpo, tu mente debe estar alerta, tu memoria, tu técnica, debes sentir que la controlas completamente. Es una mezcla de estado consciente y al mismo tiempo de dejarte llevar por la emoción que el autor quiere transmitir y tú debes interpretar y devolver. Es muy impresionante el hecho de reproducir en forma audible, física, el sonido que un autor creó y pensó en algún momento de la historia, en otras épocas, con otras costumbres, otros modos de pensar, y que mientras no se ejecute, no existe más que en unos signos escritos en un papel. El estudio de cualquier obra musical, supone el encuentro con una persona que no está presente ni en el tiempo ni en el espacio, es un encuentro con un espíritu, un alma, que ha dejado su esencia en unas notas para que otro, en otra época y tiempo, lo "interprete" y lo dé a la luz y al espacio sonoro. Y esto, para un músico es fundamental y muy enriquecedor, pues le permite adentrarse en el pensamiento más profundo de otros seres, otras épocas, otros pensamientos. Y cuando llega el momento del concierto, cuando el director de la orquesta baja la batuta para marcar el primer compás de la obra, todos los que estamos en esto somos como los compañeros que emprenden un viaje a la belleza, a otro mundo, cortamos las amarras con el mundo diario y nos adentramos