Umbrales del Arte. Creación y Estímulo

Umbrales del Arte. Creación y Estímulo 61 subyacente. En la definición del verbo está precisamente, su limitación. Por el contrario, el sonido, materia desnuda, puede estar provisto de diversas formas o bien presentarse con una sola, y siempre será parte del ser mismo que la produce, en tanto extensión de su ser. Será parte del ser mismo, pero no necesariamente la misma cosa, pues se modifica y actualiza en cada experiencia en que se alumbra a sí misma presentándose al mundo externo. A modo testimonial, mediante las herramientas que la música me ha proveído, he podido extenderme hacia fuera de mi propio cuerpo psíquico y emocional, para conocerme en la dualidad objeto-sujeto. He podidomirarme y modificarme, mediante la manipulación de las formas sonoras. Aquello que no podía entender ni encontrar dentro de mí misma, lo he podido conocer a través de mi sonido, que soy yo misma, tomando distintas formas a lo largo de mi vida. La música me ha permitido conocerme y transformarme. La experiencia creadora ha sido tan dolorosa como satisfactoria. En cada forma creada me reconozco, más allá de las palabras que representan ciertas ideas y que son parte de mis creaciones artísticas. Cuando canto soy, con dolor, con ternura, con miedo, con energía, con pasión. En definitiva, la música me ha permitido explorar de una manera cuidadosa y cariñosa lo que en cada etapa de mi vida estoy preparada para abordar. El sonido de cada persona es único, como únicas son las personas. Cada persona suena de determinadas maneras y con determinadas formas, y en cada forma y manera habita la persona. Seguramente cualquiera podría reconocer su voz entre varios que hablan, cantan o ríen. Sin embargo, invito a volver a escucharse detenidamente, a develar lo que cada textura sonora contiene. Invito a reapropiarse de ese grano, a reconocerse en él, a fundirse en esta masa sonora, que es parte inherente de cada uno. Tal vez descubramos, en esta materia que nos amplifica, aspectos que no lográbamos identificar hurgando en nuestro interior y que emergen inocentes y desnudos en nuestra voz, nuestra música, nuestro sonido.