Umbrales del Arte. Creación y Estímulo
Amanda Fuller 50 docente que requiere de mucha preparación y estudios y es en este mismo orden de cosas que me he mantenido a la cabeza de la Corporación Teatral de Chile, tratando demantener vivo no solo el recuerdo del Teatro Experimental sino el espíritu de excelencia que le permitió sentar un precedente artístico y cultural hasta ahora no igualado. Epílogo Siento que he dedicado lo mejor de mi vida al arte de la representación y que, a la vez, ello ha permitido que mi vida sea la mejor que puedo imaginar. Luego, creo que la docencia, aplicada al Teatro involucra cierto grado de devoción, al asumirlo como una misión. Lo primero viene sin duda de la vocación o, dicho de otra manera, admiración y fervor por hacer nuestras las ideas de otros y, dando vida a los personajes, lograr que cada actor y cada espectador enriquezca la propia; con ello la misión se cumple a cabalidad. Representar es entrar y sentir como nuestro el mundo creado por el dramaturgo en su obra y se nutre al público con sus mensajes y experiencias. De este modo nuestro aporte es mostrar esas emociones como verdaderas y poner a cada espectador ante un espejo capaz de reflejarlo de un modo inimaginado antes de su contacto con el Teatro. La Devoción tiene que ver con la vehemencia y honestidad para que cada representación haga florecer en el público un sentido de unidad y complicidad, que culmina con el reconocimiento al trabajo artístico, que se traduce en un aplauso y, por qué no decirlo, a veces en lágrimas de emoción ante la obra presenciada. Otro aspecto, que no puedo obviar, es el desconocimiento que cada persona tiene de su principal instrumento, su cuerpo, para relacionarse con el medio, del cual ignora sus potencialidades y debilidades. Su uso y cuidados suelen ser mecánicos e inconscientes, y su expresividad es producto de
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