Umbrales del Arte. Creación y Estímulo

Amanda Fuller 44 espera de cambios; más que de los contenidos, del espíritu de la Educación. No es nuevo lo que expongo, es la constante, con ciertas variaciones según los intereses de los actores políticos. En mi infancia, me deleitaba leyendo textos simples, relatos entretenidos, poesías, historias de grandes personajes, plenos de mensajes valóneos implícitos que apelaban a mi reflexión, transformándose en soportes para refirmar aspectos de la conducta y el comportamiento. Mi experiencia Mencionaré a mi padre Jorge Boudon Vergara, de reconocida trayectoria como actor y comediante de nuestro país; él influyó en mi gusto por las artes, pues de muy pequeña asistía a los auditóriums de las radios a ver los programas que él creaba, a los teatros móviles que iban en giras en la capital y pueblos más apartados, llevando veladas artísticas con bailarines, cantantes, músicos, humoristas, poetas. Todo era un deleite para mí y una buena escuela para la observación. Cuando comenzó su carrera teatral en Teatro Experimental de la Universidad de Chile, me llevaba a conocer a mis “Tíos del Teatro”, además de presenciar ensayos de obras que me maravillaron y que quedaron grabadas para siempre en mi memoria. En mi edad de adolescencia él me aconsejó que buscara una profesión alternativa por lo incierto que era trabajar en el área artística. Al parecer era un poco tarde alejarme de la influencia recibida. Mis primeras manifestaciones fueron en Preparatoria (Hoy Educación Básica). La profesora me elegía para representar diferentes personajes que aún recuerdo. En algún aniversario en la escuela secundaria imitaba a Brenda Lee, actuaba en rutinas preparadas por la profesora de castellano y en las veladas me disfrazaba de personajes un poco extravagantes, como una señora llena de pieles y boquilla, o una borracha, que se paseaba por el parque del liceo, seguida por muchos alumnos que se reían de mis intervenciones.

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