Umbrales del Arte. Creación y Estímulo

Umbrales del Arte. Creación y Estímulo 29 concreciones, por obra de la palabra nos hallamos en estado de fronteras, allí donde conviven lo fable con lo inefable. La palabra se vuelve literaria, o sea, con desplante de significaciones y reviviscencias, abre cauce a la expresión y entrega formas a los mensajes. Desborda todo pragmatismo, pero conquista la alta utilidad de lo perdurable. Puede constituir goce triste, declaración insinuada, gesto que aprehende lo tornadizo y sabe hendir las corazas más obstinadas. La palabra poética se emancipa de sus intérpretes y porta en sí la esperanza de alcanzar su cumplimiento de sentido en quien la quiera acoger. Liberación y vínculo, la creatividad verbal puede ser argamasa de lo disperso en la existencia, aunque deba fluir en los cauces de la recordación y del olvido. Su permanencia radica, grosso modo, en una verdad que concentra y dimana virtualidades y vislumbres. Su acierto: concentración sugestiva, brocal de noria, quietud volátil. El trasfondo del que nace se convierte en invitación a ser confirmada en otros y en ver introspectivo su impulso primordial. La palabra poética —si fuere dable aceptar el neologismo— nos 'trasdice'. Declara, invoca, traduce. Es provocadora al mismo tiempo de ser ella misma una memoria de generaciones. Goza de una pasividad activa; su fisonomía conoce de relieve. Sonidos y nociones, sintaxis y morfología acogen la impronta emocional de quienes la escriben y leen en un abrazo trémulo y memorable. Más que un sello, el vocablo de las letras es una forma de escuchar tanto como de ver, palpar y enrolarse en medio de las presencias que son las criaturas, que son nuestros sueños, que son el asombro y la interrogación. Ningún poeta, por grande que se muestre su potencia e invención idiomática, es la poesía. Como fruto del espíritu, ella alienta y se declara en la interioridad impremeditada. No es derivación, sino niebla traspasada por el chispazo de un verso madrugador al que siguen otros como séquito necesario, indefectible. Toda palabra viene desde un silencio y regresa a éste. El poema es fluencia