Umbrales del Arte. Creación y Estímulo

Amanda Fuller 28 ofrecen su paisaje. Y allí se alza nuestra humanidad; en ella somos. Cuando la inquietud y el desajuste provocado por aquello no querido arremete, impasible y provocador, acude la palabra en nuestro auxilio para decir, para decirnos: estás vivo; es así como la sofocante e inamistosa circunstancia puede ser vista y vivida con las sílabas del habla solitaria y con las otras que se disponen en calidad de acogimiento de los otros. La palabra es la otra faz del silencio. Nadie ignora que al decir esto o aquello aceptamos callar otras posibilidades y dimensiones. Es, pues, un acuerdo muy hondo el fraguado en las entrañas del murmullo originario que es el silencio. Con todo, allí donde despunta el primer haz de lo comunicable, se anuncia el predicado del asombro. El mundo que habitamos tanto como el susceptible de imaginar comparecen en calidad de presencia. Sentados, pensativos o en expansión distraída ¿qué nos decimos mutuamente? ¿Cuál es el móvil que anima la ceremonia cotidiana de la lengua, incluso en los sueños, cuando por toda apariencia parecemos absortos y lejanos? Declaramos estar vivos; nos decimos, incluso, cuando nos creemos clausurados y remotos. Y esa habla que habitamos y nos habita arranca sones de un espíritu jamás agotado en la inmediatez; por el contrario, constantemente oficia de reverbero de no sé qué, suspirante e indecible, aunque capaz de acariciar la multitud de lo existente. Para mostrarnos en nuestra radical perplejidad y confirmación de ser, para dejar constancia de que versión parcial alguna sabría dar cuenta cabal de quienes somos y qué nos habita, nacieron las artes. Cada una dispone de sus propios recursos para ofrecer cauce a la expresividad. Nos son necesarias y, al mismo tiempo, devienen formas de tornar presentes latidos, figuraciones, pulsos de lo inefable. Al fin y al cabo, cada una hace efectiva la tensión de existir y el anhelo de franquear las fronteras que parecieran acotarnos. Seres de más allá quienes somos. Más allá: sobreabundancia de datos y