Umbrales del Arte. Creación y Estímulo

Umbrales del Arte. Creación y Estímulo 141 presiones son tan fuertes, y se acumulan, la Naturaleza de los seres vivos recurre a la EXPRESIÓN. Es decir, a “ex - presionarlas” por instinto de sobrevivencia (llanto, carcajada, agresión o caricia). Las hace evidentes al exterior. En el mundo vegetal los llamamos frutos, en el animal rugidos o parto de cachorros de cualquier especie, y entre los humanos gestos, palabras y manifestaciones externas de lo que anidamos en la mente o en la fantasía (textos escritos u orales, música, danzas, cantos, pinturas, esculturas, y cualquier otra forma de proyectar lo que nuestras mentes, y/o corazones, necesitaban compartir con otras personas). Hemos obedecido al impulso atávico de COMPARTIR con otros lo que se gestó dentro de nosotros, como simple impulso de expresarlo, o casi siempre como una necesidad de generar en otros un pensamiento, una emoción, o una respuesta. Histrión-profesor o profesor-histrión. Cada vez que imparto un curso lectivo, donde debo exponer material docente a una masa de estudiantes, de forma inevitable surge en mí el ACTOR (histrión) enfrentado a un público receptor. Por instinto, los conceptos racionales de la materia a impartir se me inspiran, y contagian, con la necesidad de generar emociones en aquel público sensible. La frialdad del relato objetivo genera en mí un imperioso acicate emocional. Y ocurre, entonces, el maravilloso prodigio de sembrar una idea originalmente abstracta, bañada ahora en emoción, sobre la tierra abierta de los estudiantes, para que cada uno, según su sensibilidad de aquel momento, reciba el impacto “im-presionable” de la “ex-presión” que sale de mí hacia ellos como un acto inevitable de “generosidad” (potencia GENERADORA - ((génesis)) - de algo nuevo que entra en sus vidas. He tenido la satisfacción de encontrarme, muchos años después con algunos de esos estudiantes quienes recuerdan, y agradecen, el alimento de sabiduría viva que, al florecer, enriqueció sus vidas futuras. Es uno de los placeres gratuitos más sublimes que puede recibir un maestro. Tal vez se deba a que concibo la verdadera docencia como un excelso “arte

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