Situando territorios desde la interseccionalidad: terminos clave desde el sur

71 La premisa de que el contacto que tenemos con humanos y no humanos y con el mundo en general es siempre sensible, se establece en el llamado “giro sensorial” (Sabido, 2021) de los estudios sociales. Con esto, se introduce el uso de los sentidos para investigar. Ante la dificultad de que no todos los grupos sienten de la misma manera, la investigadora Olga Sabido Ramos (2021) propone 3 niveles analíticos para registrar los ámbitos sensoriales: el nivel micro (experiencia individual encarnada, memoria sensorial); el nivel meso (grupos específicos que transmiten saberes sensoriales, aprenden a sentir con otros); y el nivel macro (sentir colectivo de los cuerpos que trasciende generaciones). Las metodologías sensoriales se enfrentan al desafío del registro de lo sensorial, Sabido Ramos menciona distintas estrategias para lograrlo, siendo la primera la escritura, que requiere del talento de quien escribe para lograr representar el mundo multisensorial de la experiencia (Sabido, 2021). Una segunda práctica corresponde a la etnografía sensorial (Sabido, 2021), que apela a que es la propia persona que investiga quien debe explorar su cuerpo y sus sentidos para luego transcribir la experiencia que está estudiando (Sabido, 2021). “Las etnografías sensoriales incluyen observación participante, entrevistas y otras técnicas de investigación colaborativas” (Sabido 2021, p. 259). Es en ese sentido que la expresión que adquieren las etnografías sensoriales para presentar sus resultados abarcan medios audiovisuales, narraciones o formas más creativas en el ámbito del arte (Pink, 2015); lo que incluso ha llevado a afirmar que ciertas técnicas como el video puede llegar a ser una herramienta empática (Pink et al., 2017). Cabe destacar que estas técnicas cobran gran relevancia porque en una etnografía sensorial es importante el acompañamiento del cuerpo, la copresencia (Sabido, 4. Metodologías sensoriales Fomas de hacer