Agresiones sexuales: reflexiones acerca de las intervenciones psicológicas [Volumen VII]

328 Agresiones Sexuales. Volumen VII . Elías Escaff Silva, María Isabel Salinas Chaud, Paula Flores Zúñiga y Carolina de la Fons Díaz Los Modelos de Intervención De acuerdo con algunos autores, el estudio y planeamiento de los modelos de intervención ocurren especialmente en países de habla inglesa, como Inglaterra, Estados Unidos, Canadá y Australia. Cada modelo varía de acuerdo con la noción que tienen con respecto a la discapacidad intelectual, haciendo énfasis en las características más que en la forma en que se manifiestan las conductas abusivas. En el caso de Inglaterra, muchos estudios evidencian que los jóve- nes con discapacidad que presentan conductas abusivas pueden verse beneficiados de las intervenciones terapéuticas (Boswell y Wedge, 2002, como se citó en Fyson, 2007; O’Callaghan, 1998). Sin embargo, aún no hay suficientes servicios terapéuticos capaces de ofrecer apoyo a este grupo de jóvenes (Masson y Hackett, 2003, como se citó en Fyson, 2007; O’Callaghan, 1998). En este sentido, no son muchos los modelos de intervención ni los lugares donde se ofrece intervenir. Pese a ello, existe en la actualidad un modelo desarrollado por la Universidad de Kent, llamado Keep Safe Intervention , que se traduce a Mantener una Intervención Segura . Este modelo es uno de los más completos al considerar otros factores más allá del joven, intervinien- do también con sus padres o cuidadores. En este caso, los objetivos se rigen por la noción de discapacidad intelectual como algo de orden más cognitivo, por tanto se enfatiza en que toda instrucción y actividad realizada debe ser concreta, con repetición y tareas prácticas para una mayor y efectiva intervención. Otro modelo corresponde a una adaptación de problem–solving therapy (PST) , traducida como terapia de resolución de problemas (C. Nezu, Fiore y A. Nezu, 2006). Tal como se mencionó, las personas con discapacidad intelectual presentan dificultades en la resolución de pro - blemas, en contraste con adolescentes sin discapacidad. En este sentido, esta terapia pretende, de forma cognitiva–conductual, encontrar en los jóvenes maneras más adaptativas y efectivas de solucionar un problema en el día a día (D’Zurilla y C. Nezu, 1999, como se citó en C. Nezu et al., 2006). Dada la variable de discapacidad, el proceso terapéutico pre- tende de forma más concreta que el joven logre incorporar y cambiar en forma consciente aquellas reacciones para resolver un problema, cambiar el problema o la situación en sí misma.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=