Agresiones sexuales: reflexiones acerca de las intervenciones psicológicas [Volumen VII]
30 Agresiones Sexuales. Volumen VII . Elías Escaff Silva, María Isabel Salinas Chaud, Paula Flores Zúñiga y Carolina de la Fons Díaz en su definición. Mientras algunos proponen que debería estar basada en el número de víctimas a las que un ofensor agrede (aunque tampoco existe acuerdo respecto a la cantidad mínima), otros señalan que la definición debería centrarse en la propen- sión a reincidir y en la motivación del agresor. Lo cierto es que el tipo de definición primeramente señalada resulta reduccionista, en tanto no tiene un enfoque que integre los distintos elementos asociados a estos crímenes; y por otra parte, el segundo tipo de definición planteada no es viable desde una mirada policial ni de seguridad pública, en tanto generaría una dificultad en la detec- ción y clasificación de agresores sexuales seriales, dado el escaso conocimiento que existe respecto de las motivaciones a la base de estos delitos. Es así como actualmente no existe una definición que, al mismo tiempo, sea adecuada tanto práctica como fenome- nológicamente, que permita desarrollar procesos de investigación criminal eficientes y efectivos. La mayor parte de los conocimientos que existen sobre es- tos crímenes surge a partir de casos individuales, puesto que las estadísticas en torno a los crímenes sexuales seriales son escasas (Petherick, 2014). A dicha escasez de conocimientos contribuye la dificultad que implica identificar las agresiones que son co- metidas por un mismo ofensor, lo cual está asociado, al menos en parte, a que el agresor es generalmente desconocido para la víctima, lo cual significa un desafío para la investigación policial. Dicha dificultad en la investigación criminal se ve incrementada por la gran cantidad de información sobre la temática que en- tregan diversos medios de comunicación, con lo cual se educa a la población general, incluyendo a los ofensores seriales, quienes pueden aplicar aquello a modo de dificultar su identificación. A lo anterior se suma el hecho de que no es posible establecer un perfil único de agresor sexual serial, toda vez que no existen características psicológicas homogéneas, factores motivacionales, ni formas de comisión de los crímenes que sean transversales a todos estos ofensores, sino que por el contrario, estos sujetos presentan diferencias entre sí en relación a todos aquellos aspec- tos. Sin embargo, como señala LeBeau (1987), la mayoría de los agresores sexuales presentan patrones persistentes, tales como: la
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=