Agresiones sexuales: reflexiones acerca de las intervenciones psicológicas [Volumen VII]

306 Agresiones Sexuales. Volumen VII . Elías Escaff Silva, María Isabel Salinas Chaud, Paula Flores Zúñiga y Carolina de la Fons Díaz Intervenciones con Madres de Víctimas de ASI Dado que en la mayoría de los casos es la madre quien se configura como el adulto más cercano en la vida del niño, suele ser ella quien debe enfrentar las consecuencias del abuso sexual de su hijo y en el resto de la familia. Desde esta perspectiva, en lugar de ser considerada como figura clave en la ocurrencia del abuso, la madre aparece como tal en la detención del proceso abusivo y en la reparación de sus consecuencias (Sinclair y Martínez, 2006). En esta misma línea, se debe considerar que una madre dispuesta a creer en lo que ha ocurrido a su hijo, sufre un intenso impacto emo- cional, especialmente si el abusador es su esposo o pareja. Cuando ella intenta apoyar y proteger a su hijo, sus propias vivencias traumáticas funcionan como una interferencia para registrar y dar respuesta efectiva a las necesidades del niño. En este marco, la intervención con la madre debiese considerar, por un lado, brindarle apoyo en torno a sus propias vivencias traumáticas y, por otro, fortalecerla como figura protectora, tanto en el enfrentamiento inmediato de la crisis de la revelación, como en la generación de condiciones favorables para la superación de los efectos del abuso (Sinclair y Martínez, 2006). Se señala que para que el proceso de intervención resulte exitoso, estas madres necesitan conocer detalles respecto de la situación abusiva, contar con un entorno empático con quien verbalizar sobre el abuso sin ser culpabilizadas, saber que hay otras madres que se encuentran en una situación similar, contar con información necesaria con respecto al fenómeno de las agresiones sexuales y sus posibles consecuencias, con- tar con información asociada a cómo apoyar y proveer asistencia a sus hijos, saber cómo abordar la temática de agresión con ellos, responder a las preguntas y sentimientos de los niños víctimas y a los de sus herma- nos, tener conocimiento sobre conductas de autocuidado y prevención de revictimizaciones, y obtener información acerca de instituciones a las que pueden acudir en busca de ayuda (Álvarez et al., 2012). Respecto de lo anterior, se plantea que si las madres no agresoras pudiesen acceder de manera efectiva a programas que les permitan reducir las repercusio- nes negativas surgidas a partir de la agresión sexual vivida por su hijo, se configurarían como más capaces de ayudarlos a superar efectivamente las dificultades asociadas a la vivencia (Álvarez et al., 2012).

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