Agresiones sexuales: reflexiones acerca de las intervenciones psicológicas [Volumen VII]
257 La Musicoterapia Como Técnica de Intervención en Víctimas de Agresión Sexual: Una Revisión Narrativa Juan Pablo Bórquez Espinoza, Ruth Guizado Luque y Carmen Olguín Caro pueden generar una conexión importante con las experiencias y recuerdos (Kapteina, 2006, como se citó en Del Campo, 2013). En una situación terapéutica se selecciona o crea música según ciertos objetivos, primero por una relevancia clínica que responde a un proceso exhaustivo de evaluación inicial (Ortuño, 2016), lue- go, por una atracción para la persona, y por último, por su calidad estética y artística; siendo el rol del musicoterapeuta guiar a la persona por esta jerarquía de experiencias musicales. Es necesario tener presente que todas las creaciones musicales que logre realizar la persona son aceptadas y por tanto no enjuiciables, dejando libre espacio para la creación y recreación. Crear música significa hacer sonidos exploratorios, improvisaciones y composiciones; y recrear tiene que ver con la reproducción de sonidos o frases musicales, con la interpretación sonoera. La música a menudo se mezcla con otras formas de arte, como escribir canciones, contar una historia musical, dramatizaciones, dibujos, etc. (Del Campo, 2013). Del Campo (2013) explica que el entrenamiento como musi- coterapeuta es de suma importancia. Por lo general se espera que este sea ante todo un músico hábil y experimentado, pero capaz de aplicar la psicología de la música en su trabajo. Es necesario que sea un buen ejecutante e improvisador, conozca los más diver- sos tipos de música, pueda realizar variadas tareas; como dirigir conjuntos vocales o de instrumentos, enseñar a cantar o tocar ins- trumentos. Debe tener el conocimiento básico a nivel fisiológico y psicológico, para que logre comprender la contribución de la música en un proceso terapéutico. El musicoterapeuta se debe preocupar de elementos cruciales, el más importante es la sala de musicoterapia, pues el ambiente donde se lleva a cabo la terapia es lo primero que se debe considerar para generar una experien- cia musical adecuada. Al no preocuparse por este, puede exaltar, malograr o distorsionar el carácter de la experiencia terapéutica. Si bien el objetivo de esta investigación no es fundamentar ni explicar cómo se debe realizar un proceso de psicoterapia usando la música, es necesario mencionar que no existe un es- quema rígido ni único para esta técnica, ello variará según cada paciente (Alvin, 1984, como se citó en Del Campo, 2013). Aunque existe una cierta estructura inicial y bien fundamentada para la
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