Agresiones sexuales: reflexiones acerca de las intervenciones psicológicas [Volumen VII]
251 La Musicoterapia Como Técnica de Intervención en Víctimas de Agresión Sexual: Una Revisión Narrativa Juan Pablo Bórquez Espinoza, Ruth Guizado Luque y Carmen Olguín Caro grupales de musicoterapia, identificarse con patrones musicales propios, y sobre lo mismo, es la improvisación y las notas altas, lo que permiten establecer un tipo de indicador de su condición de víctimas. En los adolescentes la improvisación musical se conside- ra como un beneficio de comunicación y expresión sobre aquello que los ha dañado (Abella, 2015). Condición para lo anterior es un trabajo pensado en el paciente en particular, sujeto a cambios estructurales en las sesiones de trabajo, con un ritmo propio, lo- grando que el paciente internalice una experiencia musical, todo ello en pro de la salud psicológica y bienestar general del pacien- te, beneficiando la movilización de las fuerzas dinámicas de cam- bio (Bruscia, 1999, como se citó en Cadarso, 2015; Ortuño, 2016). Martínez et al. (2014) consideran que la musicoterapia es una intervención musical de uso terapéutico que promueve la salud y el bienestar, que entre sus beneficios se encuentran la reducción del estrés, desplazando el foco de los síntomas displacenteros. Por medio de la intervención en musicoterapia, se logra que las personas tomen conciencia de sus recursos motores, cognitivos, emocionales y relacionales, los cuales pueden ser mantenidos, de- sarrollados, mejorados y potenciados (Cadarso, 2015). A lo ante- rior se suman ventajas, a nivel de alerta y atención, de percepción y transformación de información, altos niveles de complejidad y de integración sensoriomotriz; es decir, la motricidad es estimula- da si el paciente logra tocar un instrumento estructuralmente en sesión (Abela, 2015). Si bien el dividendo en motricidad que da el uso de la musicoterapia, viene de la fisioterapia y de la musico- terapia neurológica, no es menos cierto que en pacientes víctimas de abuso sexual, también es posible encontrar ciertos bloqueos motrices, restricción en el rango de acción de los movimientos corporales y, de la misma forma, una limitación en el uso del es- pacio físico disponible. La música ayuda a que el propio cuerpo de las personas sea un instrumento de comunicación y catarsis (Méndez, 2016). Cuando una persona está dispuesta, recibe la música y se deja llevar por esta, pero a la vez la música, contiene e invade a quien la necesita y la busca activamente. Por tanto, la posibilidad de viven- ciar una sensación de bienestar depende del grado de necesidad
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