Agresiones sexuales: reflexiones acerca de las intervenciones psicológicas [Volumen VII]

214 Agresiones Sexuales. Volumen VII . Elías Escaff Silva, María Isabel Salinas Chaud, Paula Flores Zúñiga y Carolina de la Fons Díaz superación, frente a la experiencia adversa, generando un impac- to y resultados positivos (Dussert, 2014). En esta misma línea, autores como Álvarez y Socorro (2009) han descrito cómo la incorporación de estos adultos a procesos te- rapéuticos paralelos a la intervención individual con NNA, genera vivencias de apoyo y alivio al niño o niña víctima de la agresión sexual, al identificar que sus adultos significativos cuentan con un reconocimiento y ayuda para sí mismos frente a las experiencias de sufrimiento personal suscitada tras la develación. Finalmente, según McCourt (1998, como se citó en Dussert, 2014), el proceso de trabajar en la propia superación, aporta en la reconstrucción de la idea de un sí mismo como padre o madre y de un contexto familiar que no niega la ocurrencia de la agresión sexual ni la elimina de la historia familiar, si no que la incorpora en la vivencia personal de una manera saludable. Así también, tra- baja en la construcción de un entorno en el que existe lugar para los niños, la familia y los amigos, pero teniendo padre y madre control de la situación, en el empoderamiento de su rol. Nivel Comunitario En cuanto a la tercera y última dimensión, el nivel comu- nitario, es posible señalar que tal como se estipula en los linea- mientos técnicos de SENAME se debe considerar como parte del proceso reparatorio, entendiendo con esto que en el transcurso de la terapia se deben facilitar canales de comunicación e interac- ción entre la familia y las distintas redes presentes en su entorno. Propiciando que la familia logre acceder rápida y oportunamente a recursos institucionales y comunitarios, en función de las nece- sidades y bienestar del NNA (SENAME, 2015). Con respecto a lo anterior, en el modelo de reparación la comprensión y posterior intervención en agresión sexual centra la problemática a nivel individual y familiar, concede un rol secun- dario a la articulación comunitaria. De esta forma, no se visualiza la existencia de constelaciones causales que producen hechos, acciones, interacciones y retroacciones del contexto, excluyendo los significados y efectos que se dan en torno a ellos y en función

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