Agresiones sexuales: reflexiones acerca de las intervenciones psicológicas [Volumen VII]

171 Consideraciones para la Intervención Psicoterapéutica con Niños, Niñas y Adolescentes Víctimas de Agresión Sexual que se han Retractado María José Coya Valenzuela, Carmen Luz Novoa Orrego, Javiera Ormazabal Saavedra y Francisca Vargas Sánchez relacional cuyo norte es la restitución de la dignidad que el abuso injustamente arrebató al niño o niña” (Martínez, 2012, p. 101)En este mismo sentido, la misma autora plantea que el terapeuta tiene un lugar privilegiado, debido a que es un representante del mundo adulto que se encuentra preparado para establecer una relación terapéutica orientada a reparar con el /la niño/a. La reparación tendrá como sentido psicológico favorecer el restablecimiento de la continuidad vital del NNA (Álvarez, 2005). Para ello, surge en la revisión teórica como elemento central la necesidad de otorgar al/a la niño/a un marco de referencia, un espacio estructurado y seguro, entendido como parte del setting terapéutico, junto con otros elementos de mayor profundidad. Entre ellos también se encuentra la necesidad de realizar un abor- daje multidisciplinario que permita al NNA contar con un espacio ordenado y seguro, donde se encuentre presente la norma jurídica que ordene y limite la transgresión de derechos, a diferencia de la estructuración familiar (Álvarez, 2005). Como plantea Álvarez (2005): “Frente al abuso sexual intrafamiliar se requiere la potencia jurídica y social que reinstale la norma” (p. 129). Sobre la base de lo planteado, se cree que la psicoterapia con NNA que han sido agredidos sexualmente es principalmente un proceso relacional, es decir, un espacio de encuentro con otro que está sufriendo, donde “es menester entender la reparación como un proceso relacional cuyo norte es la restitución de la dignidad que el abuso injustamente arrebató al niño o la niña” (Martínez, 2012, p. 101). En consideración de ello, el vínculo terapéutico se transforma en el elemento central del proceso, lo que es plantea- do por Llanos y Sinclair (2001), quienes comentan que el contex- to terapéutico se constituye en un recurso para el cambio en sí mismo, toda vez que funciona como una experiencia de contraste con la relación abusiva, en la cual es un adulto quien agrede, a diferencia del terapeuta que debe generar un vínculo de respeto y confianza como eje central del proceso. A este respecto, Martínez (2012) se pregunta cómo se logra restituir la dignidad de estos niños, para lo cual propone como principal elemento la confor- mación de un vínculo terapéutico basado en el buen trato, “esto es, una relación terapéutica que valida al niño como sujeto y, por

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