Agresiones sexuales: reflexiones acerca de las intervenciones psicológicas [Volumen VII]
141 Aplicaciones de la Justicia Restaurativa con Adolescentes Agresores Sexuales Pamela Vega Bigorra y Claudia Vergara Muñoz a la víctima y la comunidad específica, como pueden serlo las familias o la escuela. De hecho, la sanción de SBC es la más que- brantada por los adolescentes que se encuentran cumpliéndola, con un 59% de los casos, en comparación a Programa de Libertad Asistida Especial, Programa de Libertad Asistida Simple, Centro Semicerrado y Centro Cerrado (SENAME, 2015). Al incluir a los adultos significativos para el adolescente ofensor, el programa PAS se alínea con la noción de comunidad afectada por el daño desde la justicia restaurativa, siendo una intervención terapéutica con principios restaurativos orientados hacia el trabajo de empatía con la víctima y responsabilización del delito. Por último, quizás las dificultades de definir qué reparar en la sanción de reparación del daño se deban a que no consideran la percepción de daño de la víctima y, por tanto, la equivalencia entre la experiencia de victimización vivida y el monto económico o servicio retribuible. Con respecto a la intervención y sus efectos en casos de agre- siones sexuales, se plantean algunas interrogantes. Lussier (2015) refiere que un porcentaje de adolescentes que cometen ofensas sexuales tienen una probabilidad de reincidir en la vida adulta, y que a su vez, un número importante de ofensores sexuales adultos, indican que su comportamiento tiene su origen en el período de la adolescencia. En ese sentido, surge la interrogante de por qué no existen programas de rehabilitación para ofensores sexuales adultos, cuáles debiesen ser sus características e incluso si son ne- cesarios de ejecutar durante o después de la sanción de privación de libertad en función de disminuir la reincidencia. En un estu- dio realizado por Fundación Paz Ciudadana en Chile, aproxima- damente el 13,8% de individuos que cometen agresiones sexuales reincide post sanción, del cual un 84,9% lo hizo solo en una sola ocasión, mientras que el 11,3% en dos oportunidades y el 3,8% en tres o más ocasiones (Morales, Muñoz, Welsh y Fábrega, 2012). Otro aspecto importante y que parece un desafío para los profesionales de la intervención es la evitación de la victimiza- ción del adolescente ofensor (considerando sus vulneraciones de derecho), en tanto puedan facilitar la comprensión del origen del comportamiento y la reelaboración de la experiencia. Con
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