Agresiones sexuales: reflexiones acerca de las intervenciones psicológicas [Volumen VII]
118 Agresiones Sexuales. Volumen VII . Elías Escaff Silva, María Isabel Salinas Chaud, Paula Flores Zúñiga y Carolina de la Fons Díaz embargo, no todas las intervenciones restaurativas descritas en la literatura se abocan a concretar dicha reunión (Caballero y Rojas, 2009; Gxubane, 2016; Koss y Achilles, 2008; Mercer y Sten, 2015; UNODC, 2006; Wager y Wilson, 2017; Zehr, 2006). Dependiendo de los objetivos específicos que persiga la intervención restaurati- va y quienes participen de ella, es que estas son diseñadas conside- rando las particularidades de cada caso en función de disminuir posibles riesgos implicados. Más adelante se detallan algunas de estas intervenciones. La comprensión de cómo estas limitaciones pueden darse es solo posible si se separa aquello que corresponde a la naturaleza y dinámica de la agresión sexual de los alcances de una interven- ción restaurativa como tal. En ese sentido, la apreciación de lo que se entiende por riesgo y que efectivamente esté siendo un peligro para la práctica segura de una intervención restaurativa (y en cualquier contexto) es tarea de aquellos profesionales con un rol interventivo, con el fin de medir el posible riesgo y evaluar cómo puede ser direccionado. Los riesgos criminógenos son aquellos factores que llevaron al ofensor a cometer el delito y que tienen el potencial de ha- cer que este realice nuevamente la misma agresión o una similar (Mercer y Sten, 2015). En definitiva, corresponden a un posible riesgo de revictimización en la víctima y de reincidencia por parte del ofensor. Por su parte, los riesgos restaurativos más bien refie- ren a cualquier factor o consideración de la práctica restaurativa que tenga el potencial de causar un daño adicional a cada parte participante, producto de la dirección de sus acciones dentro de un contexto marcado por el objetivo de la intervención (Mercer y Sten, 2015). La importancia de diferenciar estos conceptos radica en la evaluación de aquellos factores que son susceptibles de ser modificados previamente (con trabajo terapéutico o preparación del encuentro) o durante una intervención restaurativa, ya sea que se presenten en la víctima, en el ofensor o correspondan a alguna práctica del mediador/interventor. A su vez, también será esencial considerar aquellas circunstancias que no son variables (como la edad de las víctimas), con tal de prevenir y/o subsanar cualquier efecto iatrogénico asociado.
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