Fortalecimiento y crecimiento del Sistema de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación

8 En noviembre de 2022, investigadoras e investigadores de la Universidad de Chile se dieron cita para reflexionar, colectivamente, sobre las diversas mane- ras en que el país podría llegar al 1% del PIB dedicado a Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Se recogía de esta forma, con mucho entusiasmo, el deseo del Gobierno de alcanzar este porcentaje del PIB nacional destinado a CTCI en el curso de la actual administración. Como Universidad de Chile, conscientes de nuestra responsabilidad y compro- miso permanente con el país, nos hicimos cargo de buscar formas, mecanismos y caminos para colaborar en este desafío que resulta fundamental para avanzar, de manera decidida y clara, hacia un nuevo modelo de desarrollo en el cual, por supuesto, la Ciencia, la Tecnología, el Conocimiento y la Innovación deben ser protagonistas ineludibles para generar transformaciones reales y de fondo en el bienestar social de la nación. Desde mediados de los años 50 del pasado siglo, el tema del desarrollo ha sido constante en las agendas gubernamentales del país; diversas estrategias desde entonces han venido avanzando con el propósito de generar condiciones de crecimiento económico capaces de torcer el curso de los acontecimientos y que desde allí, se logre avanzar socialmente en derechos y condiciones de un bie- nestar que sea sustentable en el tiempo, permitiendo el acceso no solo a bienes y servicios, sino también en el crecimiento cultural y espiritual del país. Variados acontecimientos de diferente naturaleza se han encargado de torcer dicho camino y con ello, hacer difuso un avance que permita superar injusticias sociales que son sensibles al bienestar colectivo del país. Es cierto, se han dado pasos y avances muy importantes en materias diversas como la salud pública, educación, nutrición, una economía estable, entre otras materias. Pero hay pro- gresos realmente notables y silenciosos que debemos hacer notar con fuerza, y ellos tienen que ver con avances científicos significativos para un país que no logra superar el 0,34% del PIB destinado a CTCI. Lo hemos dicho con vehemencia, pero tal vez no con la suficiente fuerza: Quizá el capital fundamental de nuestro país y la fuente de riqueza más próspera, sus- tentable y promisoria, es la que ofrece nuestro capital social y cultural basado en Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Una pequeña comunidad cien- tífica que, con mínimos recursos, es una de las más productivas de la OCDE. Un país que con muy poco ha dado pasos gigantescos en prácticamente todos los ámbitos del conocimiento y el saber. Prólogo

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