Distinciones póstumas y simbólicas a estudiantes víctimas de desaparición y ejecución política de la Universidad de Chile (1973-1990)
33 oficial dice que son 1469, pero claramente son muchos más, contando a todos y todas aquellos por los que, por distintas razones, nadie interpuso un recur- so de amparo. Nosotras hemos tomado las pancartas y la posta de seguir la búsqueda y de seguir nombrando a cada uno de ellos y ellas, especialmente a aquellos a quienes ya no hay nadie que los pueda nombrar. A aquellos a quien nadie conoce, a los que no fueron tan difundidos, a los casos más olvidados. Nuestro compromiso también es con ellas y ellos. Yo, que soy la hija de un detenido desaparecido y he tomado esta posta, tengo 65 años y llevo 48 años siendo parte de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. Llevo 16 años siendo dirigenta de la Agrupación. Fui detenida y pasé situaciones complejas también, pero hoy tengo 65 años que me enorgullecen. Como muchas y muchos, soy la prueba de que la dic- tadura no logró su propósito, porque las y los familiares hemos echado raíces, hemos hecho familia, hemos sido felices y no hemos dejado de buscar a los nuestros, incluso teniendo todo en contra. La ausencia de nuestros familiares nos ha dado la fuerza para seguir adelante, desde el inicio, porque incluso sien- do niñas, nos mantuvimos firmes junto a nuestras madres, abuelos y abuelas, y ahora somos las que seguimos este camino. Un camino que no ha sido nada fácil, porque las agrupaciones de derechos humanos no tenemos recursos. ¿Cómo hacemos la lucha, compañeros, si no tenemos recursos? ¿Cómo lo hacemos cuando nosotros tenemos que dividir- nos en buscar, en luchar, en denunciar, en seguir en tribunales, en buscar los medios para continuar? Como Agrupación, hemos entregado nuestras exigencias a todos y cada uno de los gobiernos que han pasado, pero llegamos a estos cincuenta años sin tener ninguna respuesta con respecto a los desaparecidos, porque no ha habido voluntad política para hacerlo. Ningún gobierno se ha preocupado realmente de lo significa la tortura permanente de la desaparición forzada. Recién hoy, con este gobierno que ha tomado realmente esta tarea, existe un Plan Nacional de Búsqueda. Hasta ahora, quienes han buscado hemos sido nosotras. Pero es el Estado el que tiene que hacerlo, porque es el Estado de Chile el que hizo desaparecer a nuestros familiares; el Estado de Chile que puso todas las fuerzas, toda su infraestructura para hacerlos desaparecer. Por lo tanto, el Estado de Chile es el que se tiene que hacer cargo de encontrarlos, de decir qué pasó desde el día uno en que detuvieron a nuestros familiares, hasta el día que los enterraron clandestinamente, y después, cuando los volvieron a hacer desaparecer con la operación “retiro de televisores” . Esa es una deuda del Estado con las familias, pero también con todo Chile. El Estado de Chile se tiene que hacer cargo de esto para que nunca más vuelva a ocurrir. Las operaciones de búsqueda y la educación en derechos humanos son claves para la no repetición y para combatir el negacionismo,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=