Distinciones póstumas y simbólicas a estudiantes víctimas de desaparición y ejecución política de la Universidad de Chile (1973-1990)
26 Llegamos a los años noventa aún en la búsqueda de los que nos faltaban, pues para entonces eran 377 las y los ejecutados sin entrega de sus cuerpos a sus familiares. Las fuerzas armadas y las policías, que se aseguraban por todos los medios de que sus familiares no encontraran los cuerpos, mos- traron la infinita deshumanización a la que podían llegar ante el dolor en el que dejaban sumidos a los familiares. El año 2009, nos dimos cuenta de que en el caso de la mayoría de los hombres, así como las y los 362 niñas y niños, adolescentes y mujeres víctimas de ejecución reconocidas por el Esta- do, no se habían presentado querellas, ya que hasta ese derecho se lo habían arrebatado. Asumimos como Agrupación la tarea de presentar querellas por todas aquellas víctimas, por lo cual hicimos un barrido de los nombres del I nforme de Verdad y Reconciliación , del Informe de Calificación de Víctimas y el S egundo Informe sobre Prisión Política y Tortura y vimos que en los casos de 1164 víctimas de las casi 2200 no se habían presentado querellas. Así, con el compromiso del Ministro Sergio Muñoz, quien a esa fecha era el coordinador de Derechos Humanos de la Corte Suprema, y otros ministros que tenían la preocupación de avanzar en justicia, se emanó un auto acor- dado para que presentáramos todas las querellas, a nivel nacional, de cada hombre, mujer y niños en forma individual. De este modo, cada víctima, cada nombre, tenía su propia querella, lo que desde nuestra perspectiva era un acto de reparación para ellos y sus familiares, ya que el Estado les había negado ese último derecho. Con fecha de octubre 2010, en el marco del Día Nacional del Ejecutado y Ejecutada Política, empezamos a presentarlas gracias al hermoso trabajo de estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, la Universidad Diego Portales, la Universidad ARCIS, abogados y nosotras, las familiares. Esto nos dio la esperanza de que podíamos, en un acto de justicia y reparación, hacer las querellas una por una. Este es un compromiso que nuestro equipo jurídico lleva adelante hasta hoy y, en el trascurso de ello, nos dimos cuenta de que esto no fue solo una acto de reparación a las víc- timas, sino que también fue un acto reparatorio en lo psicológico y moral para los familiares, que nos ha permitido en adelante luchar con más fuerza y amor por la verdad, justicia, memoria y reparación. Luego de la presentación de las querellas, empezamos un comprometido trabajo con la Universidad de Chile y, a través de la Cátedra de Derechos Humanos, sacamos en 2017 el libro titulado El largo camino en búsqueda de Justicia . Un camino realmente muy largo, difícil y doloroso, cuestión que jamás pensamos que sería así con los gobiernos de la posdictadura. Esta cercanía y compromiso de la Universidad de Chile nos dio la confianza para entregar una carta de petición, redactada como directiva de la Agrupación y dirigida a al Rector de la Universidad, entonces el señor Ennio Vivaldi,
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