Distinciones póstumas y simbólicas a estudiantes víctimas de desaparición y ejecución política de la Universidad de Chile (1973-1990)
218 vienen, respecto a lo cual comprometo toda mi energía como Rectora, y no tengo dudas que represento a nuestra comunidad. En primer lugar, reafirmamos nuestro compromiso de fortalecer una educación centrada en los Derechos Humanos. Nuestro compromiso no se limitará a entregar ciertos conteni- dos académicos sobre estas materias, sino que trabajaremos para fomentar una convivencia basada en el pleno respeto a estos derechos. Además, nos preocuparemos de proporcionar una educación que empodere a nuestros profesionales y graduados de modo que se convier- tan en agentes promotores de una cultura de los Derechos Humanos en diversos ámbitos. Celebramos las acciones que ya se llevan adelante con el compromiso de ampliarlas y forta- lecerlas. Agradecemos, especialmente, aquellas que se desarrollan en estos días con protago- nismo de nuestros y nuestras estudiantes en distintas facultades e institutos. En segundo lugar, asumimos el compromiso de avanzar en reparación y reconocimiento dentro de nuestra propia institución, en lo referido a las expulsiones y exoneraciones de miembros de nuestra comunidad durante la dictadura, a través de injustos procesos simula- dos, de modo que no sea precisamente la masividad de esta injusticia la que impida acciones
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