Universidad y discapacidad, diálogos críticos desde Latinoamérica

30 UNIVERSIDAD Y DISCAPACIDAD Nuestro ejercicio constante debe ser dialogar, y en primer lu- gar con el verdadero experto: los y las estudiantes con disca- pacidad, con el propósito de transformar una política en un sector fuertemente hegemónico y que no se cuestione tanto. Es evidente la necesidad de construir políticas, las que en la gran mayoría de los casos se relaciona con situaciones que han problematizado a la institucionalidad de educación supe- rior, en que cada hecho de esa subjetividad ha sido utilizado como ejemplo para justificar la institucionalización a través de una política. Sin embargo creo que de cierta forma abusamos de ese es- tudiante con discapacidad, que con todo lo que le costó sor- tear las barreras para acceder a la educación superior, le dec- imos “bueno, pero ahora nos tienes que ayudar a cómo abrir puertas”. De cierta forma es como si le pidiéramos permiso y a la vez que sea un militante por los derechos de las personas con discapacidad, cuando aquella persona ya hizo todos los esfuerzos para superar las barreras que la sociedad le impuso y llegó. No sólo eso, sino que pareciera que hay un manda- to social de que cuando se titule, su profesión tiene que ser en función de los derechos de las personas con discapacidad ¿cuánta sobre-exigencia le depositamos a las personas? Por una parte estoy de acuerdo con la participación activa de las personas con discapacidad, pero también me cuestiono que todas las personas con discapacidad tengan interés de que se las convoque por su condición. Una estrategia que se dio en la Universidad de la Plata fue, consistió en convocar a un grupo de estudiantes con disca- pacidad que se formó, cada vez que realizamos algo relacio- nado con esta temática, para que esta agrupación nos diga si ese es el camino, si es accesible. Es decir, mantener un diálo- go muy fluido y abierto, pero asumir que las políticas hay que llevarla a cabo desde la institución; que cada caso singular se pueda transformar en política institucional, lo que en defin- itiva beneficia a todos y todas. Sabemos que cuando inter- venimos alguna forma de evaluar o recurso pedagógico, son muchos los y las estudiantes beneficiados.