Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 92 - ¿Una nueva clase trabajadora? Este debate otorga a las teorías meritocráticas la voz principal en el estu- dio de las subjetividades individuales y de las particularidades del individuo que no son explicables por su condición de clase. Se produce así cierta rup- tura en el campo intelectual referido a la educación superior entre el estudio de la estructura social y el estudio de la subjetividad y del individuo. El pen- samiento crítico queda atrapado en un estructuralismo demasiado estático (Bowles y Gintis, 2002), limitado a observar lo que la educación superior no logra o bien aquello que busca impedir, en lugar de poder advertir qué efec- to sí produce en la subjetividad y en la estructura de clase. La discusión lo- cal, como veremos, agudiza este perfil del debate, cargando tanto con el ex- tremo individualismo del discurso dominante como con el determinismo de los críticos. 3. La expansión de la educación superior en Chile: los límites de la mirada negativa El interés reciente por la movilidad social aparece como el problema del in- dividuo en el acceso a determinadas posiciones (Torche y Wormald, 2007) y no como el análisis de mayor alcance acerca de la estructura productiva que se proponía en la década de 1980 (Martínez y León, 1984). La discusión entre las teorías de la acción racional y las teorías de la reproducción ingresa de la mano de la agenda del Banco Mundial (Fleet et al., 2020; Gutiérrez et al., 2018) como un debate práctico y normativo, sin continuidad con el espíritu general de comprender el mundo posindustrial o post-desarrollista. De ahí que se trate de una especie de horizonte normativo encubierto, un manual invisible según Salazar y Leihy (2013). Las teorías del capital humano se pre- sentan como una formulación de carácter técnico, neutral y consustancial a la modernización (Orellana et al., 2018; Ruiz Schneider et al., 2019). La línea de investigación más influyente en esta discusión se concentra entonces en la movilidad social individual y el efecto de la educación supe- rior en las remuneraciones. El divulgado trabajo de Torche y Wormald, Chi- le, entre la adscripción y el logro (2007), entrega evidencia empírica sobre el efecto de la educación en las nuevas oportunidades laborales que abría el ci- clo de crecimiento económico de fines de la década de 1980 en adelante, ar- gumentando el aumento de la clase de servicio al 19,2% de la población acti- va (lo que ponía a Chile virtualmente a la par de países desarrollados en la profesionalización de su estructura ocupacional). 2 Esto contribuye a la re- 2 Goldthorpe propone la categoría “Clase de Servicio” para dar cuenta de los profesionales con autonomía, dis- crecionalidad y poder directivo en el trabajo en sociedades industriales y crecientemente complejas (Goldthorpe, 1992).

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