Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 48 - Participación y orden ción tendría dos niveles, un primer nivel que es ejecutado por la administra- ción penitenciaria, mediante el cual se destina el sector en el que se instala- rá la persona que ingresa a una cárcel. Pero también existiría un segundo ni- vel, gestionado por los mismos internos, que consiste en la identificación de la celda o dormitorio en el que habitará la persona recién llegada. Los crite- rios de agrupación o auto segmentación son diversos: la amistad, el origen te- rritorial (barrial o comunal), la vinculación familiar o ser parte de la misma causa penal. Esta agrupación, como ya se indicó, llevaría a conformar lo que se conoce como “carretas”. [Cuando llego a la cárcel] si soy conocido y tengo el amigo, el ami- go me ubica y le dice a los demás «¿sabes qué? Este es mi amigo, yo lo conozco de la calle y yo quiero que esté aquí y lo aceptan» (Priva- do de libertad 3). [Los internos], ellos son, como un poco amos y señores de estos es- pacios. De estos espacios, de sus dormitorios (Privado de libertad 1). Quien no tiene vínculos y no reúne ninguno de los criterios descritos o, reuniéndolos, es identificado como poco interesante o poco estratégico de sumar dentro de un dormitorio o carreta (porque el delito que cometió es re- pudiable en los códigos carcelarios o tiene demasiados conflictos con otros internos), tendrá dificultades para encontrar un dormitorio o celda para vi- vir. En estos casos, la persona recién llegada deberá pernoctar en corredo- res u otros, y hacer méritos para ser aceptada en alguna de las celdas o dor- mitorios del sector. Actividad religiosa. Dentro del nivel de gestión informal se ubica el gru- po religioso, especialmente el evangélico, que ha establecido reglas especia- les que responden a los objetivos de espiritualidad y evangelización propios de la iglesia y del pastor a cargo de ese grupo. [En el sector de la iglesia] el pastor [es] el que está a cargo de la igle- sia de esa torre. El pastor es un jefe ahí y todos los que participan de la iglesia si quieren hacer algo extra tienen que preguntarle a él. Mu- chos salen porque no le preguntan o no le hacen caso (Profesional 1). Los ámbitos de gestión que son de responsabilidad de los pastores evan- gélicos, como se observa en la cita, son bastante amplios, y además involucra

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