Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 23 - Bárbara Olivares pero como contraparte, las autoridades como la ex ministra, también cons- truyen una subjetividad que orienta la toma de decisiones y que porta nocio- nes sobre cómo las autoridades debieran ejercer sus poderes para mejorar el bienestar nacional, los fines que debieran perseguir, los males a evitar, los medios que debiese utilizar y, fundamentalmente, la naturaleza de las perso- nas sobre las que deben actuar (Rose, 2019). Concebir a los niños y niñas como stock es un efecto de ese proceso y parte importante de la crisis que aún no logra ser superada. Mejorar las cifras, acor- tar las listas de espera, atender a más niños/as con el mismo presupuesto, es comprendido, desde esta perspectiva, como un recurso que muestra a las insti- tuciones competentes ante el Estado, y donde los procesos de intervención, se van traduciendo en una gramática calculativa, que los vuelve inteligibles y que algunos, desarrollan mejor que otros (Sisto y Zalaya, 2013). De esta manera, las carpetas, aludidas por la jueza a cargo de monitorear al Estado en su labor de cuidado, son un modo de objetualizar a los niños, ni- ñas y adolescentes, que pierden su condición de sujetos y se convierten en re- gistros y planillas que son llenados por las y los profesionales de manera pri oritaria, donde niños y niñas van transformando su historia por un historial de intervenciones que los construye como caso, donde se requiere de la ac- tuación de profesionales que van a corregir el déficit diagnosticado. Las car- petas son el medio a través del cual el Estado se vincula con los niños, niñas y adolescentes atendidos. Que esas carpetas existan y cuenten con la información requerida por el servicio, es una condición básica para vehiculizar el pago y sostener los pro- cesos de intervención en cada residencia. Ello explica la destinación de tiem- po que invierten las y los profesionales en cumplir con esta tarea, que ter- mina alterando las relaciones dentro de las instituciones, movilizando a las y los trabajadores, y posibilitando el desarrollo de ciertas acciones por sobre otras, pues el tipo de acción y su frecuencia, asegura la adecuada transferen- cia de recursos. En ese mundo cuadriculado de la planilla habitan desde hace décadas las y los profesionales que allanan el camino de la minorización . 3. Subjetivación Es la institucionalidad la que exige tanto a profesionales como a cuidadores el cumplimiento de procesos técnico-burocráticos y la delimitación de funcio- nes, configurando relaciones caracterizadas por la formalidad y desprovistas de afecto, lo que tensiona la cotidianidad al interior de las residencias, pues los niños, niñas y adolescentes institucionalizados realizan sistemáticamente de-

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=