Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI
- 220 - Cuidado infantil mo, implica un trabajo de negociación, en el que se ponen en juego las distintas demandas cotidianas, las perspectivas sobre crianza y las dinámicas relaciona- les entre ambas mujeres. Sobre esta base, se construye una vivencia generizada del tiempo y el espacio, aun cuando la mujer no esté realizando labores direc- tas de cuidado. En este sentido, la feminización de los trabajos reproductivos, la cultura ma- ternalista y los diversos mandatos que atraviesan la familia, configuran un es- cenario que delimita la cotidianidad de las mujeres. Así, aun cuando la socie- dad chilena ha incorporado ideales modernizadores (Rebolledo y Valdés, 2018), la permanencia de las lógicas tradicionales ha llevado a las mujeres a perma- necer en la tensión entre discursos emancipadores y la cotidianidad generiza- da. De esta forma, la experiencia del cuidado infantil se inscribe en un escenario altamente desafiante, frente al cual se expresan distintos grados de resistencia. En este marco, compartir el cuidado se configura como una forma de enfren- tar los desafíos de la cotidianidad. En esta labor se encarna la reciprocidad ma- dre/hija, nudo normativo en el que se cruzan los mandatos de la buena madre y buena hija, los ideales de reciprocidad familiar, el apoyo intergeneracional y la solidaridad entre mujeres. En esta forma de reciprocidad también se entrelazan el afecto mutuo y la historia relacional entre mujeres. Asimismo, puede comprenderse como una práctica de resistencia ante las demandas culturales puestas sobre la madre. En este sentido, las narrativas re- flejan relaciones entre mujeres cuyo foco está puesto en la colaboración mutua, conduciendo a procesos de encuentro y reconocimiento; esto se construye sobre la base de una historia compartida, el afecto mutuo, el propósito de brindar apo- yo recíproco y la búsqueda por resolver los desafíos cotidianos. De esta forma, se contradicen los discursos que naturalizan el conflicto como eje de la relación madre/hija (Bosch, 2017; Muraro, 1994). Así, si bien los relatos describen pun- tos de conflicto, sobre todo dan cuenta de un trabajo activo de negociación y dis- minución de las instancias de tensión relacional, tendientes al soporte mutuo. A partir de esta discusión es posible vislumbrar una doble cualidad en redes informales de cuidado sostenidas en el trabajo de mujeres; la relevancia social de este trabajo y las opresiones que supone, en las que se intersectan género y clase. Esto se ha hecho particularmente evidente en el contexto de la crisis sanitaria y el subsecuente aislamiento social, los que interrumpieron el funcionamiento co- tidiano de estas redes. Podemos decir, entonces, que la superposición de ambas crisis —sanitaria y de los cuidados— ha puesto en jaque la organización social del cuidado. ¿Podrá esto conducir a procesos reflexivos que empujen una trans- formación emancipatoria del trabajo reproductivo?
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