Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 22 - Proteger y encerrar hace un recordatorio significativo, pues da cuenta de una insistencia necesaria en recodificar a los niños, niñas y adolescentes, vistos por el Estado como nú- meros. Imposible no volver sobre una frase de otra autoridad, una ex ministra de Justicia (institucionalidad que alojó al sename durante décadas), que al mo- mento de comparecer por la muerte de los niños, niñas y adolescentes dentro del sename, el año 2016, dice “hay una diferencia entre el concepto de vigentes y atendidos, uno es flujo y el otro es stock [...]... cuando yo hablo de ocho mil o en el caso de lo que había en 2013, que teníamos 9.770, hoy tenemos 8.326 ni- ños y adolescentes vigentes, es el stock ”. Los términos de stock y flujo se aplican frecuentemente al ámbito co- mercial y contable, donde hay objetos que tienen cierto valor, que se ofer- tan y se venden. Para poder venderlos a terceros, tiene que existir un volu- men del producto, es decir, un stock mínimo. A pesar de la radical diferencia de contexto entre ambas situaciones, hay ciertos puntos de contacto que es posible remarcar. Para el sename, los niños tienen un valor (medido por me- dio de la Unidad de subvención de sename-uss) 3 y se ofertan a terceros a tra- vés de licitaciones, que son adjudicadas luego de un concurso. Como es de suponer, que exista relación entre una práctica comercial y una política de cuidado infantil es profundamente problemático y explica parte de la cri- sis por la que atraviesa el sistema. Un componente de esa relación es el me- canismo de subvención, que introduce la fórmula del “pago por niño atendi- do”, que articula todo el financiamiento a cargo del extinto sename, que lejos de desaparecer junto al servicio que lo creó, lo mantiene como un elemento central para el funcionamiento del nuevo servicio “Mejor Niñez”, 4 que sigue operando como “caja pagadora” (Álvarez, 1994). De este modo, los ejecutores de estas políticas se transforman en geren- tes y los nna en el stock de un negocio que se vuelve próspero con los años. Lo que ha ocurrido con estas políticas es que la lógica tecnocrática ha produ- cido un notorio fortalecimiento de las grandes asociaciones, que cuentan con mayor capacidad de gestión y poder de negociación (Cubillos-Celis, 2021), 3 La subvención se calcula a partir de una medida, que se denomina, Unidad de Subvención de sename (uss), y que organiza el traspaso de recursos por niño atendido a los colaboradores acreditados. Las subvenciones que entrega el sename a los privados se rigen por la Ley 20.032 que data del año 2005, y que establece el “sistema de atención a la niñez y adolescencia a través de la red de colaboradores del sename, y su régimen de subvención”. Esa ley señala que la subvención se reajustará en el mes de enero de cada año, en el porcentaje de variación que haya experimenta- do el Índice de Precios al Consumidor durante el año precedente, es decir, es una transferencia de recursos que se so- mete a las mismas reglas del juego que cualquier otro bien de consumo. 4 En diciembre del año 2021, cuando esta investigación se encontraba en proceso de finalización, el presiden- te Sebastián Piñera Sebastián Piñera, inauguró el nuevo Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, que reemplazó al sename. El nuevo servicio pasa a estar en el Ministerio de Desarrollo Social y Familia y deja de depender del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Con esto, se busca poner foco en los niños y sus fa- milias, dejando de lado la visión judicializante de procesos familiares o la criminalización de niños, niñas y adolescentes como infractores de ley. Asimismo, el servicio busca privilegiar el acogimiento familiar antes que recurrir a las residen- cias como medida para enfrentar la vulneración de derechos.

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