Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 207 - Eugenia Pizarro jeres/madres (Castillo, 2015; Flores y Tena, 2014; Gómez–Urrutia, 2014). De esta forma, bajo el modelo patriarcal, maternidad y cuidado infantil se im- brican en la vida cotidiana. La relación mujer/maternidad/cuidado infantil se va tejiendo des- de la infancia, mediante la interacción con discursos y prácticas que nor- malizan esta lógica. Entre estos discursos, se destaca la noción del instin- to materno (Badinter, 1991), constructo moderno que naturaliza el binomio madre/cuidado, atribuyendo a la mujer disposición y destrezas innatas para el cuidado infantil. Este discurso es actualizado en corrientes actuales sobre la maternidad, que reivindican la idea del cuidado como cualidad natural y exclusiva de la mujer, construyendo una perspectiva glorificada de la mater- nidad (Villanueva, 2017). En contraste, las narrativas de las mujeres en Valdivia describen la adqui- sición de estas destrezas como procesos graduales, que requieren tutelaje y práctica, cuyos grados de dificultad varían de una trayectoria a otra. Así, ne- gando la idea del instinto materno, estas experiencias evidencian que el cui- dado infantil debe ser aprendido, tanto en su dimensión práctica como en la incorporación de expectativas sociales al respecto. En la mayoría de los ca- sos, este aprendizaje se desarrolla en los contextos cotidianos, a lo largo de la infancia y la adolescencia. Yo veía a mis vecinas. Tenía una vecina que tenía tres niñitos, enton- ces yo veía como los metía dentro de una […] como una artesa de ma- dera, les echaba agüita calentita y ya le colocaba unas gotas de colo- nia, los tomaba así de la guatita, así. Les mandaba su jabón, su sham- poo, todo. Después los daba vuelta para limpiarle… lavarle la cabeza. Y así iba mirando, pero no la había practicado. Lo veía no más (Madre 7). Estos procesos de aprendizaje se construyen mediante la observación del trabajo de cuidados realizado por otras mujeres y, en la mayoría de los ca- sos, la participación de las niñas en este tipo de labores. Mediante este ejer- cicio, las niñas/adolescentes van practicando el rol que se espera que desa- rrollen en el futuro; al mismo tiempo, se van sumando a una cultura de apo- yo mutuo entre mujeres. Al respecto, destaca la idea de facilitar las labores cotidianas de la madre. Para las participantes de este estudio, el entrenamiento de habilidades y la incorporación del rol de cuidadora se presentan como ventajas ante el desafío de aprender a cuidar a las propias hijas/hijos. En contraste, la falta

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