Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 190 - Espacios privados 1997). La neoliberalización implicó un aumento de la carga de reproducción social (Arruza y Bhattacharya, 2020) y un abandono de las familias en las ma- terias relacionadas con el trabajo invisible de lo doméstico, de los cuidados. Para los feminismos, resulta evidente que las actividades de reproduc- ción social y de cuidados que llevan a cabo las familias, son primordiales para la existencia de la economía capitalista, más aún en su versión neolibe- ral, pero como se señaló antes, éstas asumen la forma desvalorizada social- mente de trabajo doméstico no asalariado (Fraser, 2018), la sostenibilidad de la vida no encuentra socialmente ni valor ni reconocimiento. El modelo neo- liberal ha conducido a una desinversión pública en el plano de la reproduc- ción social, apelando a la emancipación para debilitar la protección social que antaño asumían los estados, redefiniendo la libertad en los términos del mercado (Fraser, 2018). De esta manera, el capitalismo —y particularmente su fase financiarizada— tiende a “desestabilizar los procesos mismos de re- producción social sobre los cuales se asienta” (Fraser, 2020: 112). Es esta contradicción socioreproductiva del capitalismo la que, de acuerdo con Nancy Fraser (2020), se encuentra a la base de lo que ha sido denominado la crisis de los cuidados. La autora nos plantea que existe un aprovechamiento de las actividades y relaciones de cuidados que producen y sostienen vínculos sociales, tratándolas como si fueran actividades gratuitas, pero el valor de esos cuidados es lo que posibilita la formación de sujetos humanos, sociales, perte- necientes a un habitus 16 y un ethos cultural (Fraser, 2016). La reproducción humana y la socialización son fundamentales, pero tam- bién lo es “cuidar a los viejos, mantener los hogares, construir comunida- des y sostener los significados, las disposiciones afectivas y los horizontes de valor compartidos que apuntalan la cooperación social” (Fraser, 2020: 114). Existe una lista interminable de actividades que pertenecen al campo de los cuidados, que al ser enumerada permite comprobar lo invisibles que resultan en el escenario económico y social esas labores, aun cuando sabemos que son fundamentales, concretamente, para la sustentabilidad de la vida, porque sin ellas muy pocas relaciones podrían subsistir (Gonzalvez, 2021). Carrasco y Tello (2013 en Carrasco, 2016), desarrollan el concepto de la “cadena de sos- tén de la vida” para develar las condiciones de opacidad en la que se encuen- tran estas actividades. 16 Asumimos que Fraser hace referencia al concepto de habitus (estructura estructurante) en Bourdieu, con- cepto que refleja la interconexión entre la estructuración social y la acción individual, en la que se incorpora lo social en la producción de la subjetividad. La dominación no viene desde fuera, sino que existe un orden simbólico que está incorporado en el individuo, como es el caso del dualismo de género, el habitus está generizado y el cuerpo es la repre- sentación primaria de este orden de género, percibido como masculino o femenino (Posada, 2017)

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