Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 178 - Espacios privados to institución y discurso, de manera crítica. La exposición de las familias a realidades complejas como las presentadas, no hace, sino confirmar algunos nudos problemáticos que están a la base de cómo se ha constituido la fami- lia moderna occidental y cómo —aún con los cambios en la visibilidad que han alcanzado distintas configuraciones familiares desde las últimas déca- das del siglo pasado— el discurso de la familia nuclear , su ideología, estruc- tura y valores, se ha mantenido firme como discurso/expectativa hegemóni- co en nuestras sociedades. Este trabajo tiene como objetivo revisar algunas de esas desigualdades constitutivas de los ordenamientos familiares contemporáneos, particular- mente aquellas relacionadas con la edad y el género, observándolas de ma- nera situada en los contextos materiales que nos impone nuestro modelo de desarrollo, el mismo que fue puesto en cuestión por la revuelta de octubre de 2019, específicamente en materia de cuidados y reproducción social. 3 Las preguntas que guían esta reflexión tienen que ver con ¿Cómo se manifiesta la desigualdad por edad y género al interior de las familias?, ¿de qué manera específica se ve afectada en la dimensión de los cuidados?, ¿qué problemas públicos podemos identificar en esas relaciones tradicionalmente ubicadas tras el muro de la privacidad? 2. Género y edad: ejes de la desigualdad al interior de las familias Parte de los desarrollos del feminismo, debates actuales incluidos, 4 han plan- teado que la Familia, en el contrato social de la modernidad, quedó confinada a la esfera de lo privado y divorciada de lo público. La Familia moderna así con- cebida, dirán algunos historiadores, surgió de la mano de un debilitamiento de los lazos con el mundo externo —lo público y comunitario— y en consonan- cia, de un estrechamiento de los vínculos internos (Shorter, 1976; Stone, 1977). Estos lazos intrafamiliares serían naturales, afectivos y de sangre, reivindican- construcción de la Familia moderna, tradicional, occidental y urbana, resultado de un proceso sociohistórico y cultu- ral que proviene de desarrollos transmitidos desde la dominación colonial europea. Para distinguirla se utilizará la ma- yúscula y el singular. En el caso de las múltiples formas de configuración y existencia material de las familias históri- co-concretas, se preferirá hablar de “familias”, en minúscula y plural. 3 Se utiliza el término cuidados que ha estado puesto en el debate social en Chile de manera intensa a partir de la pandemia y las demandas del estallido social, en particular en las discusiones asociadas al proceso constituyen- te de 2021-2022, no obstante, se comprende, con Fraser (2018), que un término menos reduccionista es el de repro- ducción social, que incluye no solo el trabajo afectivo y emocional, sino también un trabajo material que asume diver- sas formas dirigidas a asegurar que un hogar, un pueblo, o una familia, puedan desarrollar su vida. Esta comprensión de la reproducción social reconoce su forma de trabajo no asalariado, asignado principalmente a las mujeres, pero inclu- ye también en el análisis de su crisis actual, las condiciones estructurales, las transformaciones sociales de la vida co- tidiana y especialmente, como señala la autora, las cuestiones derivadas de la ecología, como la baja disponibilidad del agua o la contaminación de pueblos y ciudades. 4 Ver Castillo Merlo, M. C. (2021). Coordenadas republicanas para una discusión feminista: Lo privado y lo pú- blico, una vez más en Pensar la política en clave republicana debates sobre igualdad y libertad Erazun y Castillo Eds. Editorial de la Universidad Nacional del Comahue, Neuquén.

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