Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 166 - Experiencias de conflicto de las entrevistadas de estratos medios y altos, quienes manifiestan una aspira- ción permanente por encontrar espacios de autonomía que consideran valiosos y muy necesarios, a pesar de las dificultades. Tal como plantean Fardella y Cor- valán (2020), “la construcción subjetiva del tiempo está sujeta a nuestra posi- ción en la matriz social, y el significado y uso que hagamos también dependen de eso” (p. 4). Estas mujeres buscan (y tienen la posibilidad de tener) espacios propios fuera de sus espacios laborales, domésticos y de cuidados, donde pue- dan desarrollar la amistad, el deporte, la pareja o realizar actividades de ocio. Estas mujeres buscan un nuevo equilibrio de la vida cotidiana luego de ser madres, lo que implica una estricta organización del poco tiempo disponible. Dado que gozan de más tiempo que las mujeres en situación de vulnera- bilidad, estas mujeres suelen tener el soporte emocional permanente de sus amigas. En estos espacios, ellas pueden desahogarse y compartir experien- cias con otras mujeres que también viven la falta de espacios propios, siendo un apoyo fundamental en sus experiencias vitales. Para las mujeres en situaciones de vulnerabilidad, el apoyo emocional se encuentra en general en sus espacios familiares más íntimos. Habitualmen- te, son las mamás y hermanas las que las contienen y apoyan con los múlti- ples desafíos para conciliar el espacio laboral y el doméstico. La falta de tiempo y espacio para sí mismas genera frustración. Más aún, cuando, al contrario que hace décadas, hay una mayor conciencia y reflexi- vidad en torno al tema. Para las mujeres, como dicen Fardella y Corvalán (2020), el tiempo laboral y de cuidados se padece y se intenta reinventar. Desde luego, hay límites materiales para contar con espacios propios, y aún persisten modelos tradicionales de maternidad con que se postergan y des- cuidan sus intereses y espacios propios. En general, son las parejas quienes las hacen “abrir los ojos” y observar los patrones de género con que siguen viviendo maternidades culposas y de postergación: Porque una se posterga demasiado, no te dai ni cuenta. Por ejemplo, la semana pasada quería ir a un concierto y me había gastado N plata porque venía el cumpleaños de mi hijo, y yo le decía a mi pololo, ´¿sa- bías qué, mono? Yo no voy a ir porque es N plata´. Y me decía: ´¿Cómo no vas a ir, si te has gastado ene plata en el cumpleaños del niño? Date un gusto…´. Y yo le decía que me daba lata gastar esa plata en mí. Y él me decía: ´Es que no, po´. Él me decía, ´Tú nunca te das un gusto´. Y es verdad. Y uno lo hace mil veces y nunca te das cuenta (Eugenia).

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